martes, 22 de agosto de 2023

Rumanía. Cárpatos y Delta del Danubio

¡Hola de nuevo!

En esta ocasión os ponemos la megacrónica del último tour a Rumanía que tuvo lugar del 22 de agosto al 01 de septiembre dentro del programa de viajes y excursiones de SEO/BirdLife. En esta ocasión nos tocó volver como guías y llevar a un grupo excelente, como siempre. Ya es la tercera vez que viajamos con SEO/BirdLife a este rincón de Europa y siempre ha salido tan excepcional como en esta ocasión. Viajamos desde la región de Brasov en los Cárpatos para más tarde atravesar el país en dirección a Tulcea capital del Delta del Danubio y acabar en la región de Dobrogea. Osos, pigargos, pelicanos, rapaces, garzas, charranes, fumareles, chacales y un montón más de especies son las protagonistas de este fabuloso viaje. ¡¡Empecemos!!

Pelícano común (Pelecanus onocrotalus
El primer día fue prácticamente de viaje. Llegamos a Bucarest desde Madrid y de allí fuimos a Brasov para alojarnos en un pequeño pueblo cerca de los Cárpatos. Después de las presentaciones y de poner sobre la mesa las expectativas de cada uno, nos marchamos a dormir para descansar, ya que al día siguiente nos adentraremos en los escarpados Cárpatos.

Vista desde el aire
Nos adentramos en los Cárpatos, concretamente en el Parque Nacional de Piatra Craiuli. Allí comenzamos una ruta a través de uno de los muchos bosques de hayas con piceas que ocupan la superficie del espacio protegido. En este escenario idílico comenzamos de la ruta y nos estrenamos con un fantástico mirlo acuático junto al camino que posó para nosotros. En esta parte del parque son habituales, al igual que las lavanderas cascadeñas. En la parte forestal destacó la enorme cantidad de carboneros palustres que parecía acompañarnos en el camino, únicamente interrumpidos por las ardillas que llamaban nuestra atención al mover la hojarasca del suelo. 

Ruta por los bosques de hayas y abetos de los Cárpatos
Mirlo acuático europeo (Cinclus cinclus)
Carbonero palustre (Poecile palustris)
Campanula carpatica
El lugar se veía fantástico y muy virgen. Así acabamos viendo también agateador euroasiático, trepador azul, acentor común, zorzal común, chochín paleártico, pico picapinos, etc. Aunque sin duda alguna las estrellas del lugar fueron el treparriscos y el picamaderos negro. El primero nos dio un espectáculo de vuelos, escaladas y movimiento por una de las abruptas paredes que parecían caer sobre el camino. Sus alas rojizas se veían deslumbrantes contra la roca gris. Fue un encuentro sensacional, teniendo en cuenta que muchos de los participantes nunca lo habían visto. En cambio el picamaderos jugó un poco con nosotros. Primero reclamó, luego hizo un vuelo corto para poder en un árbol y más tarde desapareció. Lo pudimos ver bien en vuelo y logramos sacarle unas fotos testimoniales, pero nos quedamos con ganas de verlo en condiciones.

Treparriscos (Trichodorma muraria)
Picamaderos negro (Dryocopus martius)
Después de tantos encuentros y aventuras nos comimos el almuerzo y pusimos rumbo a la parte elevada de la cordillera. Allí una ruta espectacular une dos pequeños pueblos de aspecto tradicional en un paisaje impresionante. Por el camino aparecieron alcaudón dorsirrojo, bisbita arbóreo, camachuelo común, escribano cerillo, arrendajo y otras muchas aves comunes. En esta ocasión los protagonistas fueron los rebecos de los Cárpatos, que se alimentaban a lo lejos en las montañas, y un par de cascanueces, un tipo de córvido que no tenemos en la península. El primer encuentro fue lejano, en cambio hubo un segundo que fue realmente cercano, se puso en árbol junto al camino para deleitarnos con un hermoso vuelo en el que pudimos ver si moteado plumaje y su singular silueta. Una maravilla con la que podemos decir que cerramos el día.

Paisaje típico de los Cárpatos
Vista del Parque Nacional Piatra Craiului
Macho de alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio)
Arrendajo euroasiático (Garrulus glandarius)
Rebecos de los Cárpatos (Rupicapra rupicapra carpanica)
Juvenil de alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio)
Vista del Parque Nacional Piatra Craiului
Empezamos con una nueva ruta por los salvajes valles del Parque Nacional de Piatra Craiuli, en este caso por una zona con abundancia de cascanueces, para quitarnos la espinita de la observación fugaz del día anterior. El camino estaba lleno de alcaudones dorsirrojos, machos, hembras y volantones. Estuvieron moviéndose toda la mañana, reclamando y buscando alimento en la vereda del camino. En el cielo aparecían decenas de cuervos, urracas y alguna rapaz. En esta zona se mueven mucho y pudimos ver gavilán común, cernícalo y alcotán. Poco a poco fuimos subiendo entre jilgueros, bisbitas arbóreos y golondrinas. Lo más destacado fue poder ver una tarabilla norteña y un torcecuellos que detectó Paul sobre un árbol sin hojas y que pudimos disfrutar en el telescopio. Mientras un par de cascanueces hacían entrada en escena. 

Cascanueces común (Nucifraga caryocatactes)
A partir de ese momento, se abrió la veda y prácticamente estuvimos viendo al cascanueces por varios rincones del bosque. Nos costó verlo bien, porque hay muchas avellanas en esta parte del valle y andan como locos para que no se las quien los arrendajos, por lo que se mueven mucho y se paran poco. Aún así al final hubo alguno que se digno a pararse algunos segundos, al menos para sacarle una buena foto. Pero ahí no quedo la cosa, una pareja de picamaderos negro cruzó con fuerza por el camino, es impresionante el tamaño de este pícido. Tras este fugaz encuentro y con la amenaza de la lluvia, pusimos rumbo al alojamiento donde disfrutaríamos de una deliciosa comida antes de embarcarnos en la aventura de la tarde.

Paisaje del Parque Nacional Piatra Craiuli
Comenzamos con muy buenas observaciones de alcaudón norteño. Mientras nos relamíamos con la observación, una enorme silueta apareció en el cielo. Estábamos en el territorio de las águilas pomeranas. Y justo, fue decirlo y apareció un adulto con el plumaje algo deteriorado, quizás en mitad de una muda. Después de un buen rato y una vez saciados con la observación, apareció un segundo ejemplar, con el plumaje mucho más decente y algo más oscura. El momento fue sensacional.

Alcaudó norteño (Lanius excubitor)
Águila pomerana (Clanga pomarina)
Águila pomerana (Clanga pomarina)
Águila pomerana (Clanga pomarina)
A partir de ahí ya pusimos rumbo al encuentro con el Ranger que nos llevaría al interior del hide de oso pardo. Una vez allí el espectáculo fue constante. Varias hembras jóvenes se acercaron solas y dos más mayores vinieron con sus cachorros del año, una camada de 2 y otra de 3. Normalmente es común ver dos cachorros con una osa, puntualmente se ven 3, 4 o incluso 5. 

Oso pardo (Ursus arctos)
Oso pardo (Ursus arctos)
Oso pardo (Ursus arctos)
Oseznos de oso pardo (Ursus arctos)
Poco a poco fue anocheciendo en el bosque y la oscuridad de apoderó del valle mientras una brisa fresca aliviaba un ambiente algo más cálido de lo esperado. Un momento muy bucólico que guardaremos en nuestra memoria.

El siguiente día fue de transición y tocaba mucho bus y poco pájaro. Afortunadamente varias paradas estratégicas durante el trayecto amenizaron el viaje desde Brasov a Tulcea.

Parada técnica y explicación de situación.
En la primera parada nos adentramos en la historia rumana con la visita al castillo Peles, una hermosa construcción de 1830 con unos amplios jardines en los que pudimos disfrutar de pinzones, petirrojos, ardillas y un simpático zorro.

Zorro rojo (Vulpes vulpes)
Castillo Peleș
Las siguientes dos paradas fueron expresamente a ver pájaros, concretamente en dos lagos interiores para ver limícolas y otras aves acuáticas, lo que nos serviría como aperitivo a los días siguientes en el Delta del Danubio. Desafortunadamente, el primero de ellos se encontraba seco, el calor que está haciendo esta secando los acuíferos en Rumanía y cada vez es más frecuente ver estos grandes lagos totalmente secos. Aún así pudimos ver, por el entorno de la costra de tierra seca, escribanos trigueros y lavanderas boyeras.

Vista del lago
La última parada antes de llegar al Delta sería en otro humedal, esta vez con agua y con una enorme diversidad de aves. Cismes, somormujos, fochas, gallinetas y una orilla llena de larolimícolas. Como siempre la parte más divertida y que vuelve más loca a la gente es identificar limícolas. Con paciencia, nos pusimos con los telescopios y pudimos ver correlimos común, zarapitín y falcinelo, archibebe oscuro, andarríos bastardo y chico, agachadiza común, aguja colinegra y combatiente. Una buena ristra de aves, algunas escasas y otras raras en los lugares de procedencia de muchos de los participantes. Además también vimos fumareles cariblancos, espátulas, aguiluchos laguneros, nubes de centenares de estorninos pintos, grajas, cornejas cenicientas, gaviotas reidoras y del Caspio. Un sin fin de aves que le dió un gran empujón a la lista de especies observadas durante el viaje. 

Vista del lago
Aunque nos costó irnos de allí dada la riqueza del sitio, finalmente subimos al bus a regañadientes para poner rumbo a Tulcea, donde nos estáis esperando nuestro hotel flotante y un hermoso atardecer lleno de grajas, grajillas y gaviotas en dirección a sus dormideros.

Grajas y grajillas volando a dormidero sobre Tulcea
Primer día de inmersión completa en el Delta del Danubio. Empezamos desde Tulcea en barco y varias decenas de kilómetros de canales y bosques más tarde llegamos a donde nos esperaba el hotel flotante. Por el camino, casi 60 especies se nos cruzaron por el camino, algunos muy cerca y otros algo más lejos. Empezamos suave con garzas reales, gaviotas reidoras, cormoranes grandes y cornejas cenicientas. La cosa se fue animando con martines pescadores y abejarucos. Y se puso sería cuando apareció un águila pescadora en vuelo, una cigüeña negra y un poderoso pigargo. Este último estaba en la espesura de los sauces, descansando a la sombra. Pudimos ver bien que se trataba de un adulto, destacando en la sombra su cola blanca. Un espectáculo. 

División del Danubio. Brazo de Tulcea
Nymphoides peltata
Águila pescadora (Pandion haliaetus)
Graza real (Ardea cinerea)
Garcilla cangrejera (Ardeola ralloides)
Pigargo europeo (Haliaaetus albicilla)
Siguiendo por los canales aparecieron también las garcillas cangrejeras, fumareles cariblancos, garzas imperiales, carracas, abejarucos, más pigargos, gaviotas del Caspio, etc. Un sin fin de aves. Mejor os dejo las imágenes por aquí.

Pigargo europeo (Haliaaetus albicilla)
Fumarel cariblanco (Chlidonias hybrida)
Cormorán pigmeo (Microcarbo pygmaeus)
Cormorán pigmeo (Microcarbo pygmaeus) derecha, y cormorán grande (Phalacrocorax carbo) izquierda
Garcilla cangrejera (Ardeola ralloides)
Carraca europea (Coracias garrulus)
Fumarel cariblanco (Chlidonias hybrida)
Poco a poco avanzaba la mañana y ya estábamos ansiosos por ver los primeros pelícanos posados. Se nos habían cruzado varios grupos y ejemplares sueltos pero nos faltaba verlos cerca y disfrutar de su singularidad. Nada más abrirse un canal entrábamos al lago Furtuna (que significa tormenta) allí encontraríamos una enorme variedad de aves, entre ellas un grupo de pelícanos ceñudos y otro más grande de pelícanos comunes. Fue un magnífico encuentro.

Pelícano ceñudo (Pelecanus crispus)
Pelícano ceñudo (Pelecanus crispus)
Pelícano común (Pelecanus onocrotalus
La tarde la continuamos recorriendo más y más canales, con buenas observaciones de nuevas especies como fumareles aliblancos martinetes, más pelícanos y un hermoso atardecer en mitad del Delta del Danubio.

Fumarel aliblanco (Chlidonias leucopterus)
Fumarel aliblanco (Chlidonias leucopterus)
Martinete común (Nycticorax nycticorax)
Avefría europea (Vanellus vanellus)
Morito común (Plegadis falcinellus)
Archibebe claro (Tringa nebularia)
Pico menor (Dryobates minor)
Alcotán europeo (Falco subbuteo)
Garceta común (Ardea alba)
Garza imperial (Ardea purpurea)
Nuestro barco esperándonos en el brazo de Sulina en pleno Delta del Danubio
Atardecer en el Delta del Danubio
Segundo día dentro del Delta. Amanecíamos comentando los aullidos nocturnos de los chacales dorados y con un precioso pito cano junto al hotel flotante. 

Macho de pito cano (Picus canus)
Macho de pito cano (Picus canus)
Nuestro objetivo de hoy era el santuario de aves de la Sociedad Ornitológica Rumana, donde pudimos observar la cantidad de pollos de fumarel cariblanco que todavía dependían de sus padres. El sonido de los pollos y el de los adultos reclamando fue constante. Los objetivos en este punto eran avetoro y aves típicas de la vegetación palustre. El primero os podréis imaginar que, por supuesto, no lo vimos. En cambio, las aves palustres sí salieron a nuestro encuentro. Carriceros común y tordal y un par de carricerínes comunes, se movían tímidos entre las espadañas y el carrizo. Sin embargo, los verdaderos protagonistas fueron el pájaro moscón y los bigotudos que posaron de lo lindo. Aquello si que fue fantástico. 

Juvenil de pájaro moscón europeo (Remiz pendulinus)
Grupo de bigotudos (Panurus biarmicus)
Grupo de bigotudos (Panurus biarmicus)
Carricerín común (Acrocephalus schoenobaenus)
Después de un poco de calor, nos encontraríamos con nuestro barco en otro punto para partir hacia Caraorman, un pueblo dentro del Delta del Danubio donde suelen moverse bastantes aves, sobre todo ahora en plena migración. Al llegar ya pudimos ver carracas en los cables eléctricos, combatientes en las orillas, cigüeñuelas, andarríos bastardo, avefrías, etc. Poco a poco fuimos recorriendo el lugar y atravesando un paisaje algo desolador. A pesar del calor el sitio fue fantástico. Entre los escombros de una vieja fábrica, las collalbas grises y los mosquiteros musicales buscaban los insectos que hacen de combustible para su viaje de vuelta a África. Más adelante en las zonas inundadas estaban completamente llenas de gaviotas de Caspio, casi un centenar de pagazas piquirrojas, bandos enromes de cigüeña negra, ánsares comunes, pelícanos comunes, nuevas especies de limícolas como agujas colinegras, avocetas, correlimos  zarapitín y de Temminck, zarapito trinador y real y muchos combatientes jóvenes y adultos en plumaje de invierno ya preparados. 

Cormorán pigmeo (Microcarbo pygmaeus)
Morito común (Plegadis falcinellus)
Pagaza piquirroja (Hydroprogne caspia)
Grupo de gaviota del Caspio (Larus cachinnans) y pagaza piquirroja (Hydroprogne caspia)
Andarríos bastardo (Tringa glareola), correlimos zarapitín (Calidris ferruginea) y correlimos de Temminck (Calidris temminckii)
Después de la comida salimos de nuevo con el barco por los canales. En esta ocasión nos esperaban dos rinconcitos muy especiales del Delta. Antes de llegar al primero de ellos, nos cruzamos con un gran grupo de gaviotas sedimentado en una de las orillas del canal. Al fijarnos detenidamente en ellas para encontrar aves anilladas e identificarlas a todas, nos llevamos una enorme sorpresa, un gavión cabecinegro descansaba con ellas. Habíamos hecho ya hasta 3 paradas en su busca sin éxito, y como no, cuando menos lo buscas más aparece. Nos llevamos una enorme alegría al verlo.

Gavión cabecinegra (Ichthyaetus ichthyaetus)
Siguiendo por el canal llegamos al primer destino, un gran lago con una alfombra enorme de lenteja de agua que estaba completamente llena de garcillas cangrejeras, cercetas carretonas, porrones pardos y fumareles cariblancos. Una autentica gozada. A la entrada del lago, y como si de un vigilante se tratase, un enorme adulto de pigargo parecía no perderle ojo a ninguna de las aves que se movían por la superficie del agua. Allí estuvo, en lo alto, hasta que nos fuimos. Que emprendió un vuelo adentrándose en la inmensidad del Delta.

Macho de porrón pardo (Aythya nyroca)
Garcilla cangrejera (Ardeola ralloides)
Cisne vulgar (Cygnus olor)
Pelícano común (Pelecanus onocrotalus
Pigargo europeo (Haliaaetus albicilla)
Más adelante entramos en un segundo hueco que el carrizo deja a las plantas más acuáticas como los nenúfares. Entre ellos vimos moritos, varios pollos de charranes y un buen grupo mixto de pelicanos comunes con ceñudos. La luz del momento, el silencio del Delta y el resonar de las aves llenan de magia el ambiente. Pocas palabras pueden describir una escena así. Solo se puede entender cuando te adentras en el Delta del Danubio.

Charrán común (Sterna hirundo)
Pollos y adulto de charrán común (Sterna hirundo)
Pelícano común (Pelecanus onocrotalus
Pelícano común (Pelecanus onocrotalus
Pelícano ceñudo (Pelecanus crispus)
Charrán común (Sterna hirundo)
Pollos de charrán común (Sterna hirundo)
Garza imperial (Ardea purpurea)
Morito común (Plegadis falcinellus)
De vuelta, con un precioso atardecer tuvimos muchas cosas que comentar y compartir, sin duda había sido una mañana y una tarde sensacionales.

Grupo y atardecer en el Delta del Danubio
Luna sobre el Delta del Danubio
Llegó nuestro último día en el Delta del Danubio. A primera hora de la mañana salimos por última vez con el barco, para atravesar los canales que llevan a la zona norte del viejo Danubio. Allí lagunas, zonas abiertas y carrizales siguen siendo enormes. Se puede ver lo salvaje de la zona y lo inmenso que es este lugar. Pocas especies nuevas que añadir a la lista salvo un fugaz cuco y un grupo de zampullines cuellinegros. 

Nymphaea alba
Fumarel cariblanco (Chlidonias hybrida) izquierda y zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis) derecha
Zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis)
Por lo demás mucho de lo ya visto en otras paradas, pero no por ello menos interesante. Los lagos donde se concentran cormoranes, gaviotas, somormujos, fumareles, fochas, archibebes, andarríos, cangrejeras, garzas o  garcetas, seguían sorprendiéndonos y cuesta creer que ya se acabe. Pasamos cerca de una zona que había sido desecada para agricultura y los postres y cables estaban muy interesantes con cientos de gaviotas reidoras, algunas carracas, cormoranes, etc... Por el camino nos despedíamos de los enormes e imponentes pigargos y pudimos ver por última vez a los pelícanos, en esta ocasión, pescando junto a los cormoranes. Es muy posible que, en vez de pescar por su cuenta, los pelícanos estuvieran realmente pendientes de robar los peces capturados por los cormoranes.

Martinete común (Nycticorax nycticorax)
Carraca europea (Coracias garrulus)
Pigargo europeo (Haliaaetus albicilla)
Grupo de archibebes oscuros (Tringa erythropus)
Cormorán pigmeo (Microcarbo pygmaeus)
Gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus)
Pigargo europeo (Haliaaetus albicilla)
Pigargo europeo (Haliaaetus albicilla) hostigado por gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus)
Definitivamente, remolcados, fuimos remontando el río cual salmones de vuelta a Tulcea. Tras la cena, tuvimos algo de tiempo para pasear por sus calles y conocer un poco la vida en una ciudad al este de Rumanía.

Al día siguiente cambiamos de ambiente. Dejamos las acuáticas y nos adentramos en la zona de estepas. Más calor pero muchas cosas nuevas. La zona estaba repleta de cultivos por donde corrían las liebres y cazaban los abejarucos. Fuimos avanzando, y en la única zona de árboles pudimos ver un pico sirio, un ave muy similar al pico picapinos, pero con algunas ligeras diferencias. 

Liebre europea (Lepus europaeus)
Abejaruco europeo (Merops apiaster)
Pico sirio (Dendrocopos syriacus)
Pronto se acabó la sombra y empezamos a ver collalbas grises en migración. Nuestro objetivo era encontrar la collalba isabel, pero por el momento solo había grises. Algunas abubillas, cernícalos y calor. Pronto aparecieron las primeras sorpresas del día con una pareja de alcaudones chicos, una novedad para muchos ya que en la Península no es una especie muy habitual. En el cielo rondaban los cernícalos vulgares, hasta que uno de ellos empezó a chillar. Pusimos la vista sobre él y zas. Ahí estaba el primer cernícalo patirrojo del viaje. Un macho de segundo año precioso. Más lejos pudimos ver también un busardo calzado y en las zonas de vegetación más alcaudones chicos. Con el tiempo acabó saliendo la collalba isabel y la pudimos ver muy bien subida al cable. Los que no aparecieron en esta ocasión fueron los suslik o ardillas de tierra pero la mañana fue completa.

Alcaudón chico (Lanius minor)
Macho de cernícalo patirrojo (Falco vespertinus)
Collalba isabel (Oenanthe isabellina)
Después de comer un fantástico picnic preparado por Laurentiu nuestro guía local, nos dirigimos al sur, hacia el mar Negro para visitar una zona buena para chacal dorado y limícolas. El primero no tardó en salir. Fue un ejemplar muy curioso que salió de la vegetación para beber agua. Un encuentro muy bueno de una especie que estábamos buscando desde el primer día. Poco a poco fuimos avanzando por el paseo viendo agachadizas, andarríos, garzas imperiales, alcaudones dorsirrojos, canasteras, un par de archibebes finos y una lechuza común que encontró nuestro compañero Antonio durmiendo en un árbol. 

Chacal dorado europeo (Canis aureus)
Juveniles de estornino pinto (Sturnus vulgaris)
Grupo de golondrinas comunes (Hirundo rustica)
Lechuza común (Tyto alba)
Lechuza común (Tyto alba)
Lechuza común (Tyto alba)
Antes de seguir por la costa hasta el mar Negro, también pudimos ver varias gaviotas enanas y un charrancitos. Una vez en la playa una tortuga mora y el trasiego de charranes patinegros, comunes, cormoranes y gaviotas cabecinegras en migración fue lo más entretenido mientras algunos miembros del grupo aprovecharon para bañarse y despedir el día.

Gaviotas enanas (Hydrocoloeus minutus) y charrancito común (Sternula albifrons) segundo empezando por la izquierda
Tortuga mora (Testudo graeca)
Se acercaban los últimos días antes de volver a Madrid y queríamos exprimir la lista de aves hasta el final. La primera visita fue un monasterio rodeado de frutales en extensivo, donde esperábamos ver aves forestales. Iniciamos el día con la observación de 3 pícidos en el mismo punto. Se ve que las aspas de un antiguo molino le parecían un buen sitio para buscar comida, por lo que a picotazos fueron quitando parte de la madera. Estos pícidos fueron el picapinos, el pico sirio y el pico mediano. Una forma divertida de aprender las diferencias. 

Pico picapinos (Dendrocopos major) izquierda y pico mediano (Dendrocopos madius) derecha
Poco a poco fuimos recorriendo los alrededores del bosque que rodea al monasterio y empezamos a ver grupos de picogordos, abejarucos y verderones. Los trapadores y los pajaros carpinteros acompañaban la visita. Nuestra sorpresa llegó con la entrada en escena de las rapaces. Algunas águilas calzadas en migración y un busardo ratonero abrieron la lista. Lo increíble fue ver un adulto de pigargo en pleno interior. Evidentemente esto no gustó a las rapaces de la zona que pronto fueron a expulsarla. Una atrevida hembra de gavilán griego lo intentó primero, pero pronto cambió de opinión al ver el tamaño del intruso. El segundo fue el busardo ratonero, que tuvo que llevarse un aviso para dejar en paz al pigargo.
Pigargo europeo (Haliaaetus albicilla)
Hembra de gavilán griego (Accipiter brevipes)
Pigargo europeo (Haliaaetus albicilla) hostigado por un busardo ratonero (Buteo buteo)
Busardo moro (Buteo rufinus) izquierda y abejaruco europeo (Merops apiaster) derecha
Hembra de gavilán griego (Accipiter brevipes)
Después de esta fantástica aventura nuestro destino era el interior del bosque donde otros años habíamos visto al papamoscas papirrojo. Esperamos un rato pero no hubo suerte y poco a poco fuimos poniendo rumbo de vuelta para disfrutar de nuevo de un fantástico picnic preparado por Laurentiu.

Comida preparada por Laurentiu
En la tarde nos esperaba el Parque Nacional Muntii Macinului, unas elevaciones de granito donde observamos la collalba rubia oriental, recientemente separada de la que se ve en la península, golondrinas daúricas, aguilucho cenizo y otro montón de abejarucos y alcaudones dorsirrojos. Nos falló la collalba pía que es habitual en la zona pero no estaba todo el pescado vendido, al día siguiente tendríamos también opciones de dar con ella.

Subida en el Parque Nacional Muntii Macinului (Foto de Pilar(c))
Pluma de búho chico (Asio otus)
El último día de pajareo en Rumanía. En primer lugar aprovecharíamos el territorio de estepas y pseudoestepas del sur para buscar migración de rapaces. Llegamos a una zona elevada desde donde podíamos controlar todo el horizonte y el cielo. Las primeras en aparecer las águilas calzadas, mas tarde los ratoneros y al rato encontramos una culebrera europea descansando sobre las rocas, un juvenil precioso que pudimos disfrutar desde el telescopio. Más altos en el cielo un grupo de aguiluchos laguneros viajando al sur y un macho de aguilucho cenizo que se les unió más tarde. Mientras, las cogujadas replican desde las piedras cercanas. El paso de golondrinas y aviones era constante, todo parecía estar en movimiento hasta que nuestro compañero Eduardo localizó un juvenil de busardo moro sobre un pino. Enseguida lo pusimos en el telescopio y pudimos contemplar a placer como el ave se acicalaba tranquilamente.

Buscando rapaces
Culebrera europea (Circaetus gallicus)
Juvenil de busardo moro (Buteo rufinus)
Águila calzada (Hieraaetus pennatus) morfo claro
Cogujada común (Galerida cristata)
A la tarde las Gargantas de Dobrogea nos esperaban. Nuestra última parada para ver aves. Esta zona de roca caliza es un lugar fantástico para ver a la collalba pía, la misma que el día anterior se nos había escapado. Anduvimos un rato entre los afloramientos rocosos y enseguida pudimos ver un apareja de gavilanes griegos dando vueltas por encima de nuestras cabezas, cernícalos vulgares, ratoneros y mucho, mucho colirrojo tizón. Tras un rato de escanear las piedras, ya dimos con algunos jóvenes de collalba pía. Pronto algún macho adulto mudando el plumaje los puso en su sitio. Así jugaban a perseguirse y a disputarse una pequeña piedra en mitad de la vega, desde donde suponemos que tendrían mejor vista de posibles presas, de ahí su constante riña.

Buscando collalbas
Macho de collalba pía (Oenanthe pleschanka)
Macho de collalba pía (Oenanthe pleschanka)
Macho de collalba pía (Oenanthe pleschanka)
Zacuscă casera preparada por la familia Petrencu
Comida casera preparada por la familia Pentrencu.
El día fue magnífico, con el ya habitual picnic de Laurentiu terminamos la mañana, recordando los primeros momentos y los eventos y recuerdos más divertidos del viaje. Se hacía extraño pensar en aquellos días en los que vimos al cascanueces o al treparriscos, parecía como si hubiera pasado hacía mucho tiempo y en realidad no era más que el inicio de este fantástico viaje. La actitud del grupo, los lugares visitados y la maravillosa experiencia de Laurentiu nos ayudaron a que el viaje saliera redondo. Finalmente, y tras el conteo, salieron 170 especies de aves entre vistas y oídas y con otros vertebrados observados, la lista subió hasta 181 especies diferentes. Un montón de observaciones, escenas y encuentros que han hecho de este viaje una experiencia memorable. Gracias a todos.

¡Hasta pronto! 

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