lunes, 14 de marzo de 2022

Laguna de Gallocanta y la Hoz del Río Mesa

¡Hola de nuevo!

Aquí os dejo un breve resumen del viaje ornitológico a la Laguna de Gallocanta y la Hoz del Río Mesa que guiamos Víctor Ortega y yo, José María de la Peña entre el 26 y 27 de febrero, dentro del programa de excursiones organizadas por SEO/BirdLife. El viaje salió fenomenal. Salimos desde Madrid sin incidentes, sobre el horario previsto. Primera parada: Medinaceli, donde pedimos los bocatas, desayunamos y cogimos fuerzas antes de entrar en la Hoz del Río Mesa. 

Grullas durente el viaje ornitológico a la Laguna de Gallocanta y la Hoz del Río Mesa

Estaba previsto que Víctor fuera a Calmarza para cruzarnos e intercambiarnos las llaves, pero un inoportuno e inesperado corte en la carretera de desvío a Calmarza hizo que saliésemos juntos desde Jaraba. La lluvia nos daba pequeños avisos y nos pusimos los impermeables. Caminamos a lo largo de la hoz viendo los grupos de buitres leonados, escuchando a los chochines dándolo todo y observando a la lavandera cascadeña. Grupitos de aves forestales típicos del fondo de valle y el ecosistema fluvial fueron apareciendo: pico picapinos, petirrojos, páridos, mitos, etc... Por el camino inspeccionamos varios desplumaderos y dibujamos en nuestras cabezas las posibles escenas de caza. Justo antes de la comida, en el cielo apareció la silueta del ave que tanto esperábamos, el águila perdicera. Durante varios minutos compartió térmica con varios buitres y mientras la observábamos tumbados en el suelo para evitar el dolor de cuello se marchó tras los muros calcáreos. Comimos y pusimos camino de vuelta sobre nuestros pasos para coger carretera hacia Gallocanta. 

Justo antes de la comida, apareció el ave que tanto esperábamos, el águila perdicera

Fuimos directos al inicio de La Reguera, donde al final un observatorio en formato de torre asomaba a la laguna. Por el camino varios machos y hembras de aguilucho pálido se agrupaban en el dormidero que hay por la pista que llega al observatorio. Las tarabillas, los bisbitas y bandos enormes de gorriones morunos con comunes se movían entre el carrizo. En las estructuras de camino, localizamos egagrópilas de un posible cernícalo y una de lechuza común. Nos asomamos a la casa pero no había ni rastro de la dama de la noche. En la torreta observamos flamencos, tarros blancos, y paterío variado. Pocos minutos más tarde de nuestra llegada: grullas. Cientos de grullas comenzaban a aparecer detrás del pueblo de Gallocanta para entrar a la laguna. Los grupos se sucedieron a lo largo de una hora ensordeciendo el ambiente y llenando la laguna. De vuelta en el hotel disfrutamos de la cena, las anécdotas y nos preparamos para madrugar. 

Por el camino varios machos y hembras de aguilucho pálido se agrupaban en el dormidero

Al día siguiente los del hotel fueron muy agradables y nos prepararon un café y unas infusiones para salir con las pilas cargadas a las 06.30. En el observatorio de los Aguanares esperamos la llegada de las grullas como otros años. En cambio los bandos salieron por la orilla noroeste y solo las pudimos ver desde lejos. Afortunadamente el nivel de agua y la abundancia de aves en la laguna fueron excepcionalmente buenos en comparación con otros años, pudimos ver bandos enormes de cercetas, tarros blancos, porrones, fochas y varios limícolas como combatientes, avefrías y cigüeñuelas. Pasado un rato nos adentramos por los caminos del norte de la laguna en dirección Laguna de Zaida con la intención de dar con el esmerejón y bandos de grullas posadas en los campos. Del primero ni rastro, pero cuando nos fuimos acercando a Zaida allí estaban todas descansando tras levantarse de Gallocanta. Tras un buen rato, varios mochuelos, alondras, aguiluchos pálido y otra carretera cortada volvimos para desayunar en Daroca. 

En el observatorio de los Aguanares esperamos la llegada de las grullas 

Una vez asaltamos el bufet y cogimos nuestros bocatas nos fuimos en busca de las avutardas que esta vez NO se dignaron a parecer. De camino varios bandos enormes de grullas se agrupaban en una espiral preciosa subiendo con la columna de aire. Allí estuvimos una hora disfrutando como niños. A la gente le encantó observar la dinámica de los grupos: como se levantaban e iban en busca de la térmica, como aleteaban hasta entrar, el planeo posterior, verlas coger altura y por supuesto ver como tras, alcanzar la altura necesaria comenzaban a escribir sus "V" en el cielo. Hasta que.... un caos sin sentido empezó a sentirse en el cielo, grullas volando caóticamente, cogiendo mucha velocidad y marchando sin apenas haber cogido la suficiente altura. Un águila real entra en escena probablemente solo a compartir la térmica pero hace que cunda el pánico entre las grullas y que a nosotros se nos caiga la baba. Ya casi a la hora de comer y muy cerca del centro de interpretación del sur de la laguna un bando de grullas se posa muy cerca de donde estábamos y con las furgos y a modo de parapeto todo el mundo pudo salir y verlas detalladamente en el telescopio y sacarles fotos sin molestarlas. Allí estuvimos 1 hora donde ya de paso comimos viendo como llegaban grupos y grupos de grullas desde el sur a posarse justo delante de nosotros. Tras ese tiempo marcharon hacia la laguna para beber agua y nosotros al centro de interpretación a consultar una anilla y a pasar al baño antes de marchar. 

Un bando de grullas se posa muy cerca de donde estábamos

La grulla anillada nació en 2019 y lo hizo en Suecia, este invierno es la primera ver que la han reportado en España. Visitó Gallocanta el 13/11/2021 en el paso prenupcial, pasó el invierno en Extremadura ya que se la volvió a ver el 24/01/2022 y llevaba al menos 4 días en la laguna. Finalmente algunos la apodaron Búmbury. 

La grulla anillada nació en 2019 y lo hizo en Suecia

Con esa historia y otras muchas que nos montamos todos en nuestras cabezas pusimos rumbo a Madrid con 65 sps observadas y un final que la gente recordará con cariño.

¡Hasta pronto!


Otras crónicas de viajes a Gallocanta: Grullas en Gallocanta 2015

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