Hoy nos vamos hasta la provincia de Huelva, y nos acercamos a unos humedales mareales aledaños a Huelva capital, donde encontramos una de las mejores colonias reproductoras de espátula en España, la de las Marismas del Odiel, que además cuentan con una impresionante riqueza ornitológica.
Las Marismas del Odiel están protegidas, actualmente, por un Paraje Natural de más de 7.000 ha. pero que además cuentan con triple protección internacional, siendo Reserva de la Biosfera, Sitio Ramsar y ZEPA. Todo esto se debe al interés ornitológico del lugar, pues además de las espátulas también se crían cigüeñuelas y chorlitejos patinegros. El paraje es también lugar de concentración de muchas otras especies como flamencos y garzas.
Para visitar este hermoso lugar, hay que coger la única carretera que permite el acceso libre al Paraje Natural que va al faro y que pasa por el centro de visitantes, principal punto de referencia que solo abre de miércoles a domingo. Desde allí tienen un aparcamiento desde el que se ve el río Odiel y desde dónde se pueden ver volando gaviotas y cormoranes.
La visita a las Marismas no puede empezar de otro modo que en unos observatorios que han construido recientemente un poco antes de llegar al centro, a la izquierda y desde los cuales se puede empezar a ver varias limícolas, gaviotas o anátidas.
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Aguja colinegra (Limosa limosa) mostrando su plumaje postnupcial.
Tras la época de reproducción, muchas agujas llegan al oeste de Andalucía para pasar el invierno |
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Cigüeñuela común (Himantopus himantopus) con sus largas delgadas patas.
En las Marismas hay una buena población residente con muchos individuos son estivales.
Avanza con su largas patas y utiliza su pico para hacerse con los invertebrados enterrados. |
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Dos gallinetas comunes (Gallinula chloropus) contemplan su reflejo en el agua.
Aunque no son muy habituales de las marismas, existe una pequeña población residente. |
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Una pequeña cogujada común (Galerida cristata) se acerca a la orilla a beber agua.
Las zonas llanas con cierto matorral y sin a penas agua son los lugares que frecuenta la especie.
Esta especie es propia de las campiñas, por lo que se habrá acercado únicamente a saciar su sed. |
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AL amanecer se ven muy bien las gaviotas reidoras (Larus ridibundus) esta vez con plumaje invernal.
Las marismas albergan pequeñas colonias reproductoras, auqnue también llagan invernantes.
Pasan la noche en estos lugares, aunque por toda la marisma se pueden ver pequeñas colonias. |
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Una pareja de andarríos común (Actitis hypoleucos) el blanco le asciende por encima del ala.
En las marismas, se encuentran en zonas limosas y orillas, aunque las poblaciones son invernantes.
Corretean y pasean por los bordes de lodo y barro que se ven desde los observatorios |
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Una hembra de ánade friso (Anas strepera) también madruga para acercarse a beber.
Las anátidas no presentan grandes poblaciones, y la mayoría son invernantes.
La disponibilidad de alimento (plantas subacuáticas) es baja en zonas con niveles bajos de agua. |
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Un macho de cuchara común (Anas clypeata) mostrando su plumaje de eclipse.
Su pequeña población reprod. recibe en invierno la llegada de aves del norte de Europa.
Las zonas de aguas más profundas y menos salinas como esta, albergan algunos individuos. |
Una cosa a tener en cuenta es que los observatorios tienen orientación este, por lo que el mejor momento para poder fotografiar es la tarde, con el sol a la espalda, aunque por la mañana suele haber mayor número de especies.
Al otro lado de la carretera, justo detrás de los observatorios encontramos unas salinas normalmente inundadas en las que suelen verse buenas concentraciones de flamencos, que se alimentan en estas aguas.
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Los flamencos comunes (Phoenicopterus roseus) son uno de los atractivos de las marismas.
En este Paraje Natural se dan grandes concentraciones gracias a la disponibilidad de alimento.
Las balsas de las salinas son el lugar idóneo para poder verlos desde cerca. |
Si se continua recto por la misma carretera se llega a un puente del que sale a la derecha un camino de tierra. Aquí no se permite la circulación de vehículos, por lo que se puede dejar el coche y continuar andando. Este camino atraviesa las balsas de las salinas y sus pasillos de tierra en los que se puede ver sobre todo limícolas en las orillas y en ocasiones al fugaz martín pescador.
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Aunque despeinado y con su plumaje invernal, este es el vuelvepiedras común (Arenaria interpres).
En Odiel, como en el resto de España, no hay poblaciones reproductoras, solo llegan invernates.
Las barreras de arena que separan las blasas son un lugar perfecto para acicalarse. |
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La tranquilidad del agua refleja la silueta de este correlimos común (Calidris alpina) tan atento.
Aunque todavía le quedan restos del plumaje estival es en invierno cuando comienzan a verse más.
Las aguas y limos intermareales son los lugares preferidos de estas pequeñas limñicolas. |
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El agua en las balsas hace de espejo para este grupo de correlimos común (Calidris alpina).
Durante el otoño y en mayor medida en invierno, se juntan en pequeños grupos por toda la marisma.
Se suelen agrupar en los pasillos de arena que separan las balsas de las salinas. |
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Abajo, en primer término y en la orilla una pareja de correlimos zarapitín (Calidris ferruginea).
Las Marismas del Odiel son uno de los pocos lugares en España en los que invernan estas aves.
En estas zonas encharcadas descansan tranquilamente o se arreglan el plumaje de madrugada. |
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Con resto de plumaje reproductor, este correlimos zarapitín (Calidris ferriginea) busca alimento.
Aunque también es muy habitual verlo durante los pasos, aquí en Odiel tiene una buena población invernate.
Salinas como esta es un lugar en el que puede encontrar los invertebrados de los que se alimenta. |
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Chorlitejo patinegro (Charadius alexandrinus), medio dormido todavía por la mañana.
En esta Reserva de la Biosfera es de las pocas limícolas que pasan todo el año en sus orillas.
Una vez más encontramos más limícolas en las barreras de arena de las salinas. |
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Gran grupito de chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula) con sus collares oscuros visibles.
Las agrupaciones invernales como esta, son mucho más abundantes aquí en el suroeste de la península.
Para encontrar a esta especie hay que buscar en las orillas de charcas y bajas mareas. |
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El plumaje negro y blanco de esta preciosa cigüeñuela (Himantopus himantopus) se refleja en el agua.
La salud de las poblaciones del Odiel, hacen común a esta limícola.
Alimentándose junto a flamencos y limícolas gracias a sus largas patas. |
De vuelta a la carretera, pasamos el puente y a la izquierda vuelven a aparecer las balsas, en este caso se trata de las Salinas de Bacuta, un conjunto de salinas tradicionales, acondicionadas para poder visitarlas y desde las que se pueden ver garzas, flamencos o incluso las famosas espátulas.
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Aunque desde lejos, se pueden ver a estas dos espátulas comunes (Platalea leucorodia) con su inconfundible pico.
En las Marismas del Odiel se pueden encontrar más de 400 parejas reproductoras.
La mayoría de ellas se encuentran en la Isla de Enmedio, pero se ven también en las Salinas de Bacuta. |
Justo al otro lado de la carretera y algo más delante aparecen dos salidas anchas con caminos de tierra que se acercan algo más a la Isla de En medio y que deja muchas zonas de limos y arenales en las que se pueden ver archibebes claros y comunes, zarapitos y grandes concentraciones de chorlito gris entre otras.
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El chorlito gris (Pluvialis squatarola) con su pecho y cara negros y el dorso moteado.
La mayoría de las aves de nuestro país pasan el invierno en las Marismas del Odiel.
Curioso y gregario, se pueden ver grandes bandos en zonas poco inundadas como esta. |
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Garceta común (Egretta garzetta) en una de las balsas.
Aunque comunes, son menos abundantes en el Odiel que otras aves, aunque son residentes.
Cuando las mareas están altas son el mejor momento para que estas ardeidas salgan de pesca. |
A lo largo de la carretera encontraremos caminos y apartaderos como los anteriores, desde los que podremos echar un vistazo en busca de más especies de limícolas o gaviotas.
Si seguimos toda la carretera hasta llegar al siguiente puente, también sale un pequeño parking de tierra en el que se puede dejar el coche para buscar en la orilla más limícolas que cuando baja la marea aprovechan para alimentarse. Desde aquí se pueden ver pasar algunos barcos que no parecen alterar la tranquilidad de los correlimos comunes o las agujas que se alimentan en la orilla.
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De patas y base del pico naranja, así se diferencia al archibebe común (Tringa totanus) del resto.
Aunque es invernante, en estas marismas crían unas pocas parejas.
Aprovechando que baja la marea, estas limícolas se acercan a las orillas. |
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Con patas verdosas, el archibebe claro (Tringa nebularia) es más pálido que el común.
Se puede tratar de ejemplares en paso, pero en Odiel hay poblaciones invernantes.
Como otras aves limícolas sigue las bajada de las mareas para alimentarse en los limos. |
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Con plumaje invernal y grandes ojos, este chorlitejo grande (Chradrius hiaticula) es bastante confiado.
En las marismas, las poblaciones que viven, solo lo hacen durante el invierno.
Desde el aparcamiento de antes del puente se ven muchos rebuscando entre la arena. |
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La limícola más grande de nuestro territorio, el zarapito real (Numenius arquata).
El Odiel es conocido, entre otras cosas por la invernada de zarapito real.
Las probabilidades de encontrarnos con esta especie aumentan con las bajas mareas. |
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Más claro que su primo el común, el corrleimos tridáctilo (Calidris alba) es de color blanco puro.
El Paraje Natural de las Marismas del Odiel es uno de los mejores cuarteles de invernada del sur.
En pequeños grupos o por separado, corretea paralelo a la orilla picotenado la arena. |
Si seguimos la carretera hasta el final, nos encontramos con una señal que nos indica que no se puede avanzar por seguridad, sin embargo merece la pena llegar hasta dicha señal, porque durante el camino podemos seguir disfrutando del entorno, de grandes bandos de charranes y gaviotas que descansan por todas las marismas o quién sabe de qué nueva sorpresa.
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Este ostrero euroasiático (Haemantopus ostralegus) ya presenta plumaje invernal.
Esta parte de la costa es uno de los cuarteles de invernada de su escas población.
En bandos, aunque en los pasos se pueden ver aves solitarias como esta. |
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Charrán patinegro (Sterna sandvicensis) sobrevolando las marismas.
Aunque es una especie muy costera, es una de las aves que pasan el invierno en Odiel.
Grandes bandos posados en zonas sin inundar, como isletas, aunque también patrulla la orilla. |
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