La Costa da Morte es una región de Galicia que recibe este nombre por su mala fama. La enorme cantidad de barcos que antaño perecieron frente a las rocosas costas y los fuertes oleajes que en ocasiones hacen prácticamente imposible la navegación son los dos causantes de tan peculiar nombre. Su historial de naufragios es bastante extenso, pero coincide que la biodiversidad también forma largas listas de especies, que en algún caso se trata de rarezas. Recorrer todos sus puntos de interés en un día es, ante todo una tarea muy complicada, hacen falta varios días para realizar paradas en todos los cabos y playas que permiten cierta observación de aves.
Playa de Baldaio
Situada en Carballo y lo más al norte de Costa da Morte, se encuentra separada por una barrera natural de arena, a pesar de lo cual, sigue recibiendo un aporte directo del mar, lo que genera subidas y bajadas de marea a lo largo de toda su superficie, facilitando la creación de diferentes ecosistemas en toda su extensión.
Situación de playa de Baldaio |
Playa de Baldaio desde arriba, las zonas poco inundadas y las más profundas ofrecen dos tipos de ambientes. |
Bonita estampa de la Playa de Baldaio, hombre marisqueando. |
Desde el lado izquierdo de este enclave se divisa la zona más inundada. Un denso pinar en el que resuena el grito del busardo ratonero decora el camino hasta allí, donde se puede situar uno cómodamente para observar las aves a este lado más profundo. Cormoranes grandes, alguna que otra gaviota y varias ardeidas patrullan las aguas en busca de pescado.
Busardo ratonero (Buteo buteo) en el pinar mencionado. Su grito más o menos lastimero se puede oír a largas distancias y se sospecha que son llamadas territoriales. |
Tres garcetas comunes (Egretta garzetta) son habituales del entorno. Hay que fijarse que esta especie lleva "calcetines" amarillos, una curiosa característica que facilita su identificación. |
Gaviota patiamarillla (Larus michahellis) en uno de los muros que separan la Playa de Baldaio. |
En el otro lado de la playa hay un observatorio de aves que permite divisar las limícolas cuando la marea está baja y la época lo permite. Un camino que sale desde la playa permite recorrerla de cerca una parte. Desde ahí se pueden ver bastantes más gaviotas, bandos de cientos y miles descansando en las playas. Aunque la verdadera belleza reside en su vuelo, verlas levantarse todas a la ver es un fenómeno que admirar, reidoras, sombrías, patiamarillas y alguna especie interesante como el charrán patinegro. En las zonas menos profundas abundan grandes limícolas como las agujas y los zarapitos.
Bando enorme de varias especies de gaviota, una imagen preciosa. |
Pareja de charrán patinegro (Starna sandvicensis) mientras baja la marea. El característico pico de la especie recuerda a un lápiz, pues su punta es amarilla. |
Bando de aguja colipinta (Limosa lapponica) su pico recuerda al de un aguja de costura, de sonde le viene el nombre. |
Varios zarapitos reales (Idunea opaca) su pico es completamente diferente. Su nombre viene del gallego "zara-pico" que hace referencia a esa forma tan peculiar. |
En el trayecto de lado a lado se pasa por varios campos y campiñas que albergan otras aves interesantes, son aves de los arbustos y zonas más rurales, la mayoría asociados a huertos, cultivos o la propia estructura del pueblo como los muros que sirven de lugar de nidificación al colirrojo tizón:
Acentor común (Prunela modularis). Esta especie es especialmente más abundante aquí que en otros lugares de la geografía española. |
Jilguero eruropeo (Carduelis carduelis) Sus cantarines bandos invernales adornan con colores los cultivos del entorno de Baldaio. |
Macho de colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros). Poco a poco se está haciendo más dependiente de los pueblos. Muros y antiguas construcciones son el lugar ideal para que esta especie críe. |
Zorzal común (Turdus philomelos). Se le puede ver en los linderos de los bosques y por las zonas arboladas de las huertas. |
Además de los dos lados de la playa, uno se puede adentrar en pasarelas y caminos que van más al interior, donde no hay tanta influencia de agua salada y la vegetación crece mejor por la arena inundada:
Archibebe claro (Tringa nebularia) moviéndose por la vegetación. |
Macho de ánade friso (Anas strepera), un poco más solitario que los azulones. En esta especie el espejuelo es de color blanco a pesar de que en la foto no se aprecie. |
Islas Sisargas
Se encuentran situadas en Malpica, al oeste de la playa de Baldaio y son dos grandes islas que albergan comunidades de aves marinas. Su difícil acceso permite mantener la colonia de gaviotas sobre todo. Aunque se encuentran un poco alejadas de la costa, se pueden observar con cierta facilidad aunque es preciso disponer de material óptico que nos permita acercar la vista a sus acantilados y su superficie.
Desde el Cabo de San Adrián se ven con facilidad las islas. Si no hace mal tiempo se puede ver el otro lado de las costas. |
Vista desde San Adrián de una de las islas. Débilmente se aprecia la cantidad de aves marinas que descansan sobre su superficie. |
Alcatráz atlántico (Morus bassana) en una de sus ascensos para lanzarse en picado. En ocasiones pudimos observar algunas gaviotas hostigando al alcatráz que terminó por irse de la escena. |
Bisbita pratense (Anthus pratensis) es habitual en el cabo de San Adrián. La vegetación rala y matorralizada es el lugar por donde se mueven pequeños bandos de cuatro o cinco bisbitas. |
Muybuena informacion sobre la diversidad en A Costa da Morte, es bueno saber todas las criaturas que se pueden ver en los alrededores.
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