lunes, 11 de enero de 2016

Adaptarse al invierno

   Durante esta época del año las aves atraviesan un momento complicado. Las temperaturas comienzan a bajar y las precipitaciones son más frecuentes, lo que pueden debilitar, sobre todo, a pequeños pajarillos. Sobrevivir a dichas condiciones térmicas depende de varios factores, normalmente estrategias de adaptación, que se han ido perfeccionando a lo largo de los años. ¿Sabemos diferenciar los hábitos adquiridos en invierno por determinadas aves?

Las duras condiciones invernales amenazan el bienestar de las aves durante esta época del año.

   Atendiendo únicamente al aspecto físico, casi todas las aves sufren un importante cambio de plumas antes de esta estación, una renovación completa del plumaje. Esta estrategia tiene como objetivo la supervivencia del ave durante el invierno proporcionándole eficacia en vuelo e impermeabilidad frente a las precipitaciones. Esta muda del plumaje se desencadena tras los cambios estacionales y demanda una elevada cantidad de proteínas, las cuales pueden ser repuestas durante el otoño, cuando el alimento es más abundante y las aves pueden aprovecharlo. El gorrión común, es una de esas aves que mudan todo su plumaje antes del invierno.

Gorrión común (Passer domesticus) pl. estiv
Macho de gorrión común (Passer domesticus) durante el mes de mayo.
Presenta un marcado babero negro en el pecho y unos colores oscuros.
Fotografía tomada en mayo, cuando muchas especies como esta han recuperado su plumaje estival.
Gorrión común (Passer domesticus) pl. inv
Macho de gorrión común (Passer domesticus) durante el mes de diciembre.
Tras la muda el babero de este macho desaparece casi por completo.
Además los colores de píleo y nuca no son tan intensos.
Fotografía tomada en diciembre, muchas aves ya han mudado sus plumas.

   La distribución de las especies también se ve modificada, de dos posibles maneras, o bien por movimientos migratorios (A) o por simples movimientos en altura (B).

A.- Movimientos migratorios: en este primer caso el desplazamiento es desde latitudes norteñas a sureñas (en el H.N.). Se trata de la famosa migración invernal de las aves. Consiste en largos viajes en los que salvan enormes distancias en busca de temperaturas más agradables. Es el caso del ánsar común que durante el invierno modifica su distribución noreuropea y visitan países más sureños (como Francia o España) llegando incluso al norte de África. Los inviernos en estas últimas zonas son más agradables que los de su área de cría donde se pueden alcanzar temperaturas extremas.

Distribución del ánsar común (Anser anser).
Distribución del ánsar común (Anser anser).
Los colores más oscuros son el lugar de invernada (norte y centro de Europa)
Los colores claros son el lugar de invernada (sur de Europa y norte de África)
Ánsares comunes (Anser anser) durante la migración.
Ánsares comunes (Anser anser) durante la migración.
Fotografía tomada en enero, cuando los bandos de ánsares todavía llegan a la Península.

B.- Movimientos altitudinales: las distancias recorridas en este caso son mucho menores. Los realizan aves de alta y media montaña, zonas que pueden quedar cubiertas por la nieve, donde las condiciones son extremas y los recursos escasean. La estrategia es un descenso en altura a zonas más bajas donde, lo cierto es que se vive mejor. El ejemplo más claro es el de los acentores alpinos que realizan estos pequeños movimientos altitudinales para pasar el invierno por debajo de las zonas nevadas.

Acentor alpino (Prunella collaris) invierno
Acentor alpino (Prunella collaris) con las plumas levantadas a causa del fuerte viento.
Las condiciones en las cumbres son más duras, las evitan bajando en altitud.
Fotografía tomada en noviembre, cuando esta especie desciende y queda por debajo de las altas cumbres.

   Los hábitos y comportamientos de las aves también se ven alterados. Cambian sus costumbres solitarias por la compañía de varios individuos de su especie lo que les aporta una ventaja en varios sentidos. Al volverse más gregarios, forman dormideros y bandos invernales que tienen como propósito, la supervivencia a lo largo de esta estación tan dura donde los recursos escasean, de esta manera todos encuentran comida a la vez, detectar posibles amenazas es más fácil, se sienten más protegidos durante la noche, etc. Se trata de una estrategia que llevan a cabo muchas aves, entre ellas está el archibebe común que forma pequeños bandos en los meses que dura el invierno

Archibebe común (Tringa totanus) ejemplar solitario en la época estival.
Archibebe común (Tringa totanus) ejemplar solitario en la época estival.
Fotografía tomada en agosto, los archibebes se pueden encontrar buscando alimento por separado.
Archibebe común (Tringa totanus) bando invierno
Bando invernal de archibebe común (Tringa totanus).
Fotografía tomada en enero, los archibebes se pueden encontrar agrupados en pequeños bandos como este.

   Otras aves, sobre todo paseriformes, pueden agruparse y formar bandos excepcionalmente grandes de cientos de individuos, ofreciendo un espectáculo único. Las grajillas occidentales pueden llegar a formar bandos tremendamente grandes, de más de 300 aves. De esta forma la detección de los posibles depredadores y de las fuentes de alimento son más efectivas, más ojos equivale a más posibilidades.

Grajillas occidentales (Corvus monedula) cerca del dormidero invernal.
Grajillas occidentales (Corvus monedula) cerca del dormidero invernal.
En la imagen aparecen más de 100 aves agrupadas durante el invierno.
Fotografía tomada en noviembre cuando las aves ya se agrupan.
Bando invernal de grajillas occidentales (Corvus monedula).
Bando invernal de grajillas occidentales (Corvus monedula).
En la imagen más de 200 aves vuelan de forma sincronizada y agrupada.
Fotografía tomada en noviembre cuando esta especia ya se ha empezado a juntar en grandes bandos.

   Por último una de las estrategias más importantes y efectivas es la acumulación de grasas durante los meses previos al invierno, aprovechando los recursos que el otoño trae consigo. De esta forma se aíslan mejor del frío, ya que muchas aves apenas pesan 5 gramos, sin esta estrategia muchas perecerían. Además un gran número de efectivos, como ya hemos dicho, vienen después de haber recorrido grandes distancias (migración) por lo que necesitan recuperar energía antes de que los meses de invierno le pasen factura. En resumen, es una forma de prepararse para este mes tan duro, algo tan vital para las aves que les sacan buen provecho a los comederos que la gente prepara en sus jardines. Esta pequeña ayuda atrae a multitud de especies, entre ellas al herrerillo común, que se sirve a placer.

Herrerillo común (Cyanistes caeruleus) en un comedero para aves.
Herrerillo común (Cyanistes caeruleus) en un comedero para aves.

   Las reservas y las fuentes de recursos están disminuyendo, así como la densidad y abundancia de alimento. Si a esto le añadimos la cada vez más frecuente precipitación y las bajas temperaturas nos encontramos con que algunas especies tienen que hacer verdaderas maravillas para poder llegar hasta la primavera. Por lo tanto dependen de un correcto y oportuno despliegue estrategias como las mencionadas que les permiten sobrevivir a esta estación tan extrema.


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