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sábado, 16 de diciembre de 2023

Sierra de Altomira

¡Hola!

En esta ocasión os vengo a contar nuestras aventuras y desventuras en la Sierra de Altomira un enorme rincón de las provincias de Guadalajara y Cuenca donde el paisaje es el protagonista. Además de deslumbrarnos con sus ríos, sus bosques o sus afloramientos rocosos, tuvimos la suerte de disfrutar de una maravillosa variedad de aves. Estos parajes en invierno sufren el pequeño vacío que dejan las especies estivales, pero aún así tuvimos el gusto de contentarnos con lo que nos mostró. ¿Os adentráis conmigo en esta tierra salvaje? ¡Dentro crónica!

Águila perdicera (Aquila fasciata) su vientre blanco con líneas oscuras es inconfundible.
Nuestro primer contacto con la Sierra de Altomira fueron sus 2°C. El suelo y lo que le rodeaba era una autentica alfombra blanca que no deshacían ni los primeros rayos de sol. Comenzamos nuestra caminata a la escalofriante sombra de las paredes en las que los buitres, extendían sus alas para calentarse con el sol para envidia de algunos participantes. Ellos al solecito y nosotros tiritando de frío. Sus vuelos eran un espectáculo que nos animaba a seguir pajareando. En seguida entre la vegetación captamos el sonido del reyezuelo listado, el carbonero o el herrerillo. Parece que les han dado más cuerda de la permitida, sus saltos, sus revoloteos nos hacían imposible enfocarlos con los prismáticos. Seguimos y fuimos descubriendo los bandos de mitos que se alimentaban entre las enredaderas que cubren la piedra. Allí los disfrutamos de lo lindo pudimos ver lo pequeños que son y lo larga que es su cola, menuda silueta tienen. Los carboneros garrapinos y los petirrojos no tardaban en saludarnos y pronto vimos un grupo de palomas zuritas posadas en una higuera que desafiaba a la roca creciendo en mitad del acantilado. A pesar de ser una paloma, la zurita tiene un encanto especial que siempre triunfa en nuestras salidas. 

Escarcha al amanecer. Foto de Alfredo Andrés González

Buitre leonado (Gyps fulvus) soleandose y otros peleando por el mejor sitio donde calentarse.

Euphorbia sp. Foto de Alfredo Andrés González

Avanzábamos por el camino con los pies congelados y el cuello resentido de mirar hacia arriba en busca del acentor alpino o el treparriscos, especies en el top nuestra lista. Sin rastro de los susodichos, fuimos bajando poco a poco hacia el Tajo. La chopera dejaba ver la silueta de los verdecillos y los mosquiteros y en el río una garza parecía haberse quedado congelada. Mirando de arriba a abajo el río en busca del martín pescador, pronto aparecen unos piragüistas que nos dicen, a gritos, que el martín se suele ver por ahí, o más bien se solía ver por ahí, después de los gritos que dieron difícil será que siga tranquilo.

Graza real (Ardea cinerea), las marcas oscuras en hombros y cara son típicas de los adultos

El momento garza y piragüistas.

Estuvimos un rato al sol como lagartijas, cogiendo un poco de temperatura y viendo a las currucas cabecinegras moverse con soltura en los majuelos repletos de frutos. Cogimos el camino de vuelta y los verdecillos se habían puesto a cantar como locos. La cosa se iba animando. Algún que otro zorzal aparecía fugazmente en el camino si prestarse a la exhibición. Pinzones, trepadores, reyezuelos se dejaban ver mejor que a la ida. La lista iba engordando y de pronto apareció una silueta en el camino, eran los acentores alpinos. Al menos dos se mostraban indiferentes a nuestra presencia. Les pudimos ver bien y disfrutar de su presencia. Que pájaro tan bonito. Con el frío que pasamos costaba pensar que hubiera venido de un sitio más frío que este. Fue el regalo perfecto para una despedida.

Acentor alpino (Prunella collaris). El color rojizo y la base del pico amarilla son características muy útiles para diferenciarlo del común.

Momento viendo y fotografiando a los acentores alpinos.

El siguiente destino fue el territorio de una pareja de águilas perdiceras. Un hermoso valle dibujado entre las rocas por un río de tonos turquesas. Allí pudimos ver a los dos reyezuelos el listado y el sencillo, cormoranes, azulones y varias garzas. Los mosquiteros no paraban de capturar invertebrados y en ocasiones pudimos ver bien al cetia ruiseñor. Fue una ruta muy bonita y acabamos comiendo junto a la orilla del río. Durante el paseo pudimos contar, en diferentes bandos, más de 200 grullas. Primero unas 70, luego otras 50 y así pasaron varios bandos en formación hasta superar los dos centenares.

Río Guadiela en la Sierra de Altomira

Río Guadiela en la Sierra de Altomira

Uno de los bandos más grandes de grulla común (Grus grus) que pudimos ver a lo largo de la mañana. En vuelo las grullas estiran las patas y el cuello, formando una silueta típica.

Habíamos andado un montón y solo habíamos conseguido ver un puñado de buitres. Estábamos ansiosos por cruzarnos con la perdicera. No fue hasta que no estuvimos cerca del coche, que la localizamos subida a su atalaya. Una preciosidad de ejemplar adulto que pudimos ver bastante bien a través del telescopio. 

Águila perdicera (Aquila fasciata)


Águila perdicera (Aquila fasciata) en su posadero

El sol se iba ocultando tras las laderas y los corzos aparecían entre el matorral. Era el momento de poner rumbo a nuestro siguiente destino, una laguna artificial con una interesante extensión de carrizo. El atardecer es un buen momento para acercarse a estos puntos, muchas aves utilizan estas formaciones vegetales a modo de dormidero. Estorninos, gorriones comunes y morunos, zorzales, mirlos, tarabillas, escribanos trigueros e incluso un escribano palustre pudimos observar en el revuelo del dormidero.

Escribano triguero (Emberiza calandra). Los escribanos trigueros se agrupan en posaderos antes de entrar al dormidero. Les sirve para hacer una entrada más segura.

Atardecer en la Sierra de Altomira

El atardecer siempre es un momento mágico del día y con estas observaciones y en este ambiente gana algo más de encanto.

¡Hasta pronto!

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2 comentarios:

  1. Muchas gracias, José María, como siempre una maravilla de jornada. Tus crónicas son un bonito recuerdo escrito. Un saludo, Cristina

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