martes, 29 de marzo de 2016

La diversidad de la Costa da Morte I

La Costa da Morte es una región de Galicia que recibe este nombre por su mala fama. La enorme cantidad de barcos que antaño perecieron frente a las rocosas costas y los fuertes oleajes que en ocasiones hacen prácticamente imposible la navegación son los dos causantes de tan peculiar nombre. Su historial de naufragios es bastante extenso, pero coincide que la biodiversidad también forma largas listas de especies, que en algún caso se trata de rarezas. Recorrer todos sus puntos de interés en un día es, ante todo una tarea muy complicada, hacen falta varios días para realizar paradas en todos los cabos y playas que permiten cierta observación de aves.

Las olas rompen fuerte contra las picudas y rígidas rocas que recorren toda esta costa.

Playa de Baldaio

Situada en Carballo y lo más al norte de Costa da Morte, se encuentra separada por una barrera natural de arena, a pesar de lo cual, sigue recibiendo un aporte directo del mar, lo que genera subidas y bajadas de marea a lo largo de toda su superficie, facilitando la creación de diferentes ecosistemas en toda su extensión.

Situación de playa de Baldaio
Playa de Baldaio desde arriba, las zonas poco inundadas y las más profundas ofrecen dos tipos de ambientes.
Bonita estampa de la Playa de Baldaio, hombre marisqueando.

Desde el lado izquierdo de este enclave se divisa la zona más inundada. Un denso pinar en el que resuena el grito del busardo ratonero decora el camino hasta allí, donde se puede situar uno cómodamente para observar las aves a este lado más profundo. Cormoranes grandes, alguna que otra gaviota y varias ardeidas patrullan las aguas en busca de pescado.

Busardo ratonero (Buteo buteo) en el pinar mencionado.
Su grito más o menos lastimero se puede oír a largas distancias y se sospecha que son llamadas territoriales.
Cormorán grande (Phalacrocorax carbo) engullendo un pez que el mismo ha pescado.
Estas aves son de las pocas que pueden bucear cómodamente en entornos marinos.
De hecho se trata de una especie que se acerca bastante a los buceadores.
Garceta grande (Egretta alba) la más grande de todas, se puede ver la diferencia de tamaño con la garceta a su lado.
Es largo cuello de esta especie es como una ballesta acabada en un fuerte y apuntado pico que le sirve para pescar.
Tres garcetas comunes (Egretta garzetta) son habituales del entorno.
Hay que fijarse que esta especie lleva "calcetines" amarillos, una curiosa característica que facilita su identificación.

Gaviota patiamarillla  (Larus michahellis) en uno de los muros que separan la Playa de Baldaio.

En el otro lado de la playa hay un observatorio de aves que permite divisar las limícolas cuando la marea está baja y la época lo permite. Un camino que sale desde la playa permite recorrerla de cerca una parte. Desde ahí se pueden ver bastantes más gaviotas, bandos de cientos y miles descansando en las playas. Aunque la verdadera belleza reside en su vuelo, verlas levantarse todas a la ver es un fenómeno que admirar, reidoras, sombrías, patiamarillas y alguna especie interesante como el charrán patinegro. En las zonas menos profundas abundan grandes limícolas como las agujas y los zarapitos.

Bando enorme de varias especies de gaviota, una imagen preciosa.
Gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus) con plumaje invernal.
Esta especie, cuando llega la época reproductora, da la sensación de que se pone una capucha negra.
En invierno tiene el aspecto que se muestra en la imagen, que da la sensación de que lleva orejeras para el frío.
Pareja de charrán patinegro (Starna sandvicensis) mientras baja la marea.
El característico pico de la especie recuerda a un lápiz, pues su punta es amarilla.
Bando de aguja colipinta (Limosa lapponica) su pico recuerda al de un aguja de costura, de sonde le viene el nombre.
Varios zarapitos reales (Idunea opaca) su pico es completamente diferente.
Su nombre viene del gallego "zara-pico" que hace referencia a esa forma tan peculiar.
Corneja negra (Corvus corone) en las zonas de la playa no es raro observar a esta especie.
Su presencia en parte se debe a la disponibilidad de alimento, desechos que trae la marea, restos de presas, etc.


En el trayecto de lado a lado se pasa por varios campos y campiñas que albergan otras aves interesantes, son aves de los arbustos y zonas más rurales, la mayoría asociados a huertos, cultivos o la propia estructura del pueblo como  los muros que sirven de lugar de nidificación al colirrojo tizón:

Acentor común (Prunela modularis).
Esta especie es especialmente más abundante aquí que en otros lugares de la geografía española.
Jilguero eruropeo (Carduelis carduelis)
Sus cantarines bandos invernales adornan con colores los cultivos del entorno de Baldaio.
Macho de colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros).
Poco a poco se está haciendo más dependiente de los pueblos.
Muros y antiguas construcciones son el lugar ideal para que esta especie críe.
Zorzal común (Turdus philomelos).
Se le puede ver en los linderos de los bosques y por las zonas arboladas de las huertas.
Además de los dos lados de la playa, uno se puede adentrar en pasarelas y caminos que van más al interior, donde no hay tanta influencia de agua salada y la vegetación crece mejor por la arena inundada:

Archibebe claro (Tringa nebularia) moviéndose por la vegetación.
Cormorán grande (Phalacrocorax carbo) con las alas abiertas, una postura muy habitual en esta especie.
Sus costumbres nadadoras y buceadoras mojan mucho su plumaje que necesita secarse de esta manera.
Otra ardeida, la garza real (Ardea cinerea) patrula también las orillas en busca de pequeños vertebrados.
Cuando sale de entre la vegetación del fondo de la playa de Baldaio es más visible.
Su elegante andar no es más que una estrategia depurada de caza, así sus presas no le detectan, es el conocido acecho.
Gaviota argentea europea de 1er invierno (Larus argentatus).
La identificación de las gaviotas es bastante complicada y aun más en sus plumajes juveniles.
A pesar de ello la árgentea es algo más fácil sus colores más claro son una pista importante.
Hembra de aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus) también en busca de presas.
La zona del fondo de la playa tiene cierta parte colmatada de juncos y carrizos, hábitat de esta elegante rapaz.
Entrañable pareja de ánade azulón (Anas platyrhynchos)
La zona azul que se le ve a la hembra es el espejuelo y varia de especie a especie, lo que permite su identificación.
En este caso es azul, motivo por el cual quizás la especie tenga el nombre del mencionado color.
Macho de ánade friso (Anas strepera), un poco más solitario que los azulones.
En esta especie el espejuelo es de color blanco a pesar de que en la foto no se aprecie.

Islas Sisargas

Se encuentran situadas en Malpica, al oeste de la playa de Baldaio y son dos grandes islas que albergan comunidades de aves marinas. Su difícil acceso permite mantener la colonia de gaviotas sobre todo. Aunque se encuentran un poco alejadas de la costa, se pueden observar con cierta facilidad aunque es preciso disponer de material óptico que nos permita acercar la vista a sus acantilados y su superficie.

Desde el Cabo de San Adrián se ven con facilidad las islas.
Si no hace mal tiempo se puede ver el otro lado de las costas.
Vista desde San Adrián de una de las islas.
Débilmente se aprecia la cantidad de aves marinas que descansan sobre su superficie. 
Lo cierto es que desde aquí se ve poca variedad, gaviotas en su mayoría, pero es también un buen lugar para ver a los alcatraces atlánticos y sus famosos picados que les permiten pescar desde el aire. Se puede pasan un buen rato, pues hay posibilidad de ver pasar alguna rareza durante el invierno.

Alcatráz atlántico (Morus bassana) en una de sus ascensos para lanzarse en picado.
En ocasiones pudimos observar algunas gaviotas hostigando al alcatráz que terminó por irse de la escena. 
Bisbita pratense (Anthus pratensis) es habitual en el cabo de San Adrián.
La vegetación rala y matorralizada es el lugar por donde se mueven pequeños bandos de cuatro o cinco bisbitas.
Y hasta aquí el primer relato e itinerario fotográfico de la Costa da Morte. La semana que viene nos adentraremos en la enorme lengua de arena de la Ensenada de A Insua y conoceremos la riqueza de la Laguna Traba, un humedal apartado del mundo donde veremos especie soprendentes. Espero que os haya gustado, no os perdáis la entrada de la semana: La diversidad de la Costa da Morte II


1 comentario:

  1. Muybuena informacion sobre la diversidad en A Costa da Morte, es bueno saber todas las criaturas que se pueden ver en los alrededores.

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