martes, 24 de noviembre de 2015

La diversidad de las Bardenas Reales III

Con esta entrada de hoy llegamos al final de la larga y extensa lista de aves y otra biodiversidad que se mueven a sus anchas por las Bardenas Reales. Este mes, ya llevamos dos revisiones, una primera sobre las aves residentes y la de la semana pasada sobre aves estivales, Si te has perdido cualquiera de las dos puedes encontrarla aquí: Aves residentes, Aves estivales.
Empezamos hoy con un pequeño grupo de aves que no residen en el Parque Natural de las Bardenas Reales, son aves que se ven migrando en grandes grupos. Normalmente los pasos de estas aves coinciden con la primavera y el otoño.

La primera de las aves en migración que pudimos observar durante nuestra estancia en el Parque Natural fue el milano negro (Milvus migrans). Un grupo de seis ejemplares sobrevolaba nuestras cabezas entorno a la primera semana de mayo. Esta especie tiene los pasos en marzo-abril (prenupcial) y agosto (postnupcial), por lo que consideramos que llegaba desde el Estrecho, principal ruta migratoria de la especie.

Tres de los seis milanos negros (Milvus migrans) avistado el 3 de mayo de 2015 en Bardenas Reales.
Se trata de una especie gregaria a la hora de migrar y establecer dormideros.
El milano negro a pesar de ser un aves estival, es complicado verla por el parque, ya que sobre todo se mueve por zonas más arboladas.

Otra de las aves que pudimos observar en paso, durante las mismas fechas es el abejero europeo (Pernis apivorus). Esta rapaz de costumbres alimentarias casi únicas habita los bosques de hayas y robles del norte peninsular entre otros, por lo que Bardenas le queda a medio camino. Un grupo de cinco ejemplares con las marcas carpelares visibles, que permitió diferenciarlos, pasó volando más o menos coincidiendo con la época de migración prenupcial (abril-mayo) de esta especie.

Abejero europeo (Pernis apivorus) queda fuera del grupo durante sus cicleos en el parque natural.
Las marcas carpelares y las líneas de la cola son únicas de esta especie y permiten diferenciarla.
Cuatro de los 5 abejeros europeos (Pernis apivorus) avistados el 3 de mayo de 2015 en Bardenas Reales.
Es una suerte poder ver a esta especie en este lugar, ya que no es habitual en el lugar.
La época que va entre marzo y mayo es idónea para visualizar aves en migración primaveral o prenupcial o incluso aquellas que vuelven tras su invernada a sus territorios de cría. También lo son los meses agosto-noviembre momento en el cual o bien las aves estivales o bien las invernales se dejan o llegan a nuestro territorio respectivamente. Este es el caso de los avistamientos de grulla común (Grus grus) en las Bardenas Reales. Entre los meses de octubre a noviembre se pueden observar decenas de bandos de grullas de centenares de ejemplares gritando desde la altura.

Dos bandos de grulla común (Grus grus) tras la cima de Castildetierra, principal formación del parque.
Primer bando: 35 ejemplares. Segundo bando: 22 ejemplares.
Cinco grullas (Grus grus) vuelan bajo al atardecer en Bardenas Reales.
Seguramente su destino temporal, es uno de los embalses que quedan fuera del parque.
Un bando de grullas (Grus grus) avistado el 12 de octubre de 2015 en Bardenas Reales.
En la imagen 36 ejemplares, parte de un bando mucho mayor (56 ejemplares).
La mayor parte de estas aves van en dirección sur o sureste, pues esta última lleva a la famosa laguna de Gallocanta en Zaragoza, la mayor laguna natural de la península ibérica (Ver la Laguna de Gallocanta), junto con la laguna de Fuentedepiedra en Málaga (Ver la Laguna de Fuentedepiedra). En la primera ivernan miles de grullas.

Otras especies que hemos visto en paso por las Bardenas Reales:

  • Cormorán grande (Phalacrocorax carbo)
  • Cigüeña blanca (Ciconia ciconia)
  • Cigüeña negra (Ciconia nigra)

Finalmente para obtener una visión completa de este paraje natural y semidesértico, acompaño esta entrada con algunas fotos de otros animales o indicios de su presencia.

Blanca verdirayada (Euchloe belemia)
Lagartija ibérica - macho (Podarcis hispanica)
Abundan los reptiles en el parque gracias al ambiente semiárido.
Sapo corredor (Bufo calamita) durante el amplexo.
Este momento es en el que el macho (encima) está depositando sus espermas en los huevos de la hembra.
Este proceso es completamente externo, se produce fuera del organismo de la hembra (debajo).
Estos frágiles vertebrados encuentran refugio en las pequeñas charcas temporales tras las lluvias.
Conejo (Oryctolagus cuniculus) en la Bardena Negra, parte del parque donde abunda la vegetación.
La población de este mamífero no se ha recuperado en el parque desde la neumonía hemorragia vírica de los 80.
Huella de tejón (Meles meles) sobre el barro, donde se ven las uñas y los 5 dedos característicos.
Zorro (Vulpex vulpex) a lo lejos.
Espero que os haya gustado, no solo la entrada de hoy, sino las dos anteriores sobre la diversidad de las Bardenas Reales. Os invito a visitar, con mucha paciencia, este pequeño rincón en el norte de la Península.

¡¡Un saludo a todos y hasta la próxima!!

martes, 17 de noviembre de 2015

La diversidad de las Bardenas Reales II

Después la extensa y larga entrada sobre aves residentes en las Bardenas Reales de la semana pasada, que si te has perdido puedes encontrarla aquí: La diversidad de las Bardenas Reales I, empezamos hoy con las estivales. Aquellas que únicamente acuden a nuestro país durante la época de reproducción, normalmente primavera y verano. Y es que este paraje tan caluroso, ofrece una gran variedad de lugares y recursos que las aves emplean en su ardua tarea de sacar los pollos adelante. Oquedades para algunas, matorrales para otras, insectos, pequeños mamíferos, etc.

Normalmente las aves estivales vienen a reproducirse en el territorio español aprovechando la abundancia de recursos durante estas estaciones, lo que no quiere decir que todas utilicen, en nuestro caso Bardenas Reales, para establecer sus nidos, sin embargo es fácil verlas sobrevolando el territorio en busca de alimento o incluso de agua.

Una de esas aves que se ven con facilidad en el parque natural, pero que no se reproducen en este ecosistema, es el milano negro (Milvus migrans). Llega entorno a marzo-abril y utiliza sobre todo árboles para establecer sus nidos, algo que en Bardenas Reales solo podemos encontrar en un reducido lugar llamado Bardena negra. Nuestra migradora rapaz se encuentra muy amenazada, quedando registrada en el Libro Rojo de las Aves con la categoría NT (Near Threaten) Casi amenazado.

Milano negro (Milvus migrans) sobrevolando la gran extensión del parque natural.
Gracias a Marc Esherwood de Reino Unido, he podido identificar esta especie, ya que es fácil confundirlo con una hembra joven de aguilucho lagunero occidental, debido al dibujo de su cara. Sin embargo las alas del milano negro son mucho mayores que las del aguilucho lagunero, algo que podéis comprobar en la entrada anterior.
Thanks to Marc Esherwwod from United Kingdom I could identify this specie, even though it is so easy to confuse with a young female´s marsh harrier, because the drawing in her face. But black kite´s wings are longer than marsh harrier´s, a characteristic you could check in the topic before.

La siguiente especie si es capaz de encontrar, en Bardenas Reales, lugares en los que anidar. Se trata del más pequeño de nuestros buitres y del único migrador, el alimoche común (Neophron percnopterus). Llega entre marzo y mayo y puede quedarse hasta septiembre. Durante su estancia encuentra cuevas o recovecos en los roquedos a los que añade material para formar sus nidos.

Dos ejemplares de alimoche común (Neophron percnopterus) cuidan su plumaje en un roquedo.
En esta imagen los ejemplares son macho y hembra ya que es bastante solitario.
Aunque es difícil diferenciar ambos sexos por la similitud, se cree que ella es de un color blanco más "manchado".
Ejemplar de alimoche común (Neophron percnopterus) sobrevolando el parque natural.
Es fácil diferenciar su silueta en el aire gracias a su cola en forma de cuña, cuando sus colores blanco y negro no son perceptibles.
La situación de nuestro "pequeño" buitre se encuentra en peligro, venenos y otros productos químicos utilizados en la ganadería pueden dañar o incluso matar a aquellos alimoches que los ingieran. Es tan preocupante la situación en la que se encuentra, que en el Libro Rojo de las Aves se encuentra con la categoría EN (Endangered) En peligro.

La siguiente rapaz tampoco es que esté en una situación muy distinta ya que las letras VU (vulnerable) lo acompañan en el Libro mencionado. A pesar de ello puede estar recuperando ejemplares en ciertas zonas de nuestro territorio. Su problema es su propia fenología y el hábitat en el que establece sus nidos. Terrenos de cultivos, de cereal en la mayoría de los casos, son elegidos para establecer el nido, por lo que el cambio de uso del suelo afecta mucho a su área de reproducción.
Aguilucho cenizo macho (Circus pygargus) por encima de los barbechos de las Bardenas Reales.
Las barras negras que se ven por debajo del ala sirven para diferenciarlo del macho de aguilucho pálido.
Macho de aguilucho cenizo (Circus pygargus) especie de terrenos abiertos como los de Bardenas.
De abril a septiembre podemos disfrutar de su presencia en nuestro territorio, más tarde volverá a África.
En nuestro paraje desértico abundan los campos de este estilo, grandes extensiones de cultivo de secano. Sin embargo tengo mis dudas sobre si se reproducirá en el Parque y si lo hace serán uno o dos nidos, ya que su abundancia en Bardenas es relativamente baja.

Otro visitante veraniego es el vencejo común (Apus apus) que en grupo y gritando vuela por el espacio protegido con intención de alimentarse de los insectos voladores que durante el estío abundan. Desde abril podemos ver llegar los primeros vencejos al territorio que no abandonarán hasta pasados, como máximo, 6 meses.
Vencejo común (Apus apus) pasa por encima del paisaje que crean las Bardenas Reales.
Bastante asociado a esos roquedos y cortados color rojizo del territorio navarro.
El colorido y famosos abejaruco nos recuerda su llegada con el característico prriip o trruic y además adorna de forma llamativa los terrenos que hasta ahora se limitaban a un marrón apagado. Sus célebres y diversos colores son de mi admiración y es que cualquiera se puede tirar un buen rato viendo sus acrobáticos vuelos para capturar abejas, avispas y otros insectos voladores.
Abejaruco europeo (Merops apiaster) llega en abril para recordarnos que ya es primavera.
Sus rápidos vuelos rasantes tienen como objetivo capturar insectos voladores de gran tamaño.
Abejaruco europeo (Merops apiaster) como una flecha sacude y recoge las alas, con las Bardenas de fondo.
Sus colores amarillos, azules, rojizos, etc han llamado siempre la atención de naturalistas y fotógrafos.
Abejaruco europeo (Merops apiaster) una especie de terrenos abiertos.
Establece sus nidos en los arenosos taludes que forma el agua en Bardenas.
Allí escava unos túneles de hasta 2 metros de profundidad, donde pone los huevos.
La especie migradora más famosa y poética, la indicadora del comienzo y el final del buen tiempo primaveral y veraniego, la golondrina. Un pequeño paseriforme del que ya hemos hablado en otras ocasiones. Caminar por este paraje semiárido y ver a las golondrinas pasando por encima de nuestras cabezas le dan un toque de encanto. Se las puede ver entrando por pequeños agujeros que se forman en algunas de las cabañas abandonadas a lo largo del parque. Allí con un poco de barro que encuentra tras las lluvias construye su nido en forma de cuenco.
Golondrina común (Hirundo rustica) posada en el cartel de una de las rutas de Bardenas.
El silencio del desierto queda interrumpido por  su reclamo que no hace más que adornar el bello paisaje.
Fácil de reconocer por sus reflejos azulados y su garganta roja. Para saber más de esta especie haz clic aquí
Golondrina común (Hirundo rústica) recogiendo barro para uno de sus nidos en Bardenas.
Su llegada, a principios de febrero es esperada por cantidad de naturalistas por su importancia ecosistémica.
Un sorprendente vecino de los navarros aquí en Bardenas Reales durante la época estival es el bisbita campestre, una especie familiar cercana de las lavanderas y que recuerda un poco a ellas aunque son más pardos. El caso del campestre, de color arenoso también es insectívoro como sus parientes cercanos y llega con la primavera o incluso un poco antes.
Bisbita campestre (Anthus campestris) en un camino de las Bardenas Reales.
El color terroso de este pequeño pajarillo hace en ocasiones que sea difícil de encontrar.
Se desplaza corriendo muy rápido, recordando un poco a un corrrecaminos.
Bisbita campestre (Anthus campestris) en un matorral bardenero.
Desde cerca se aprecia ese color arenoso con un pecho poco listado, a diferencia de otros bisbitas.
Un conocido nuestro, el colirrojo real, del que ya hemos hablado en otra ocasión, también acude durante el verano a Bardenas Reales. Allí se le puede ver posado en lo alto de un matorral o entre el esparto esperando a algunos insectos que se atreven a delatar su posición. Es en ese momento cuando el colirrojo se lanza a por ellos. Sus colores negro, blanco y rojo son únicos, quizás mu parecidos a la tarabilla común, pero fácilmente distinguibles.
Macho de colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus) en un romero, planta que abunda en las Bardenas
Para saber más acerca de esta especie haz clic aquí
Macho de colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus) otra vez sobre el romero.
Esta especie se caracteriza también por su dimorfismo sexual, en el que el macho destaca por sus colores.
La hembra también tiene la cola rojo llamativo, pero sin embargo es más apagada y sin el antifaz negro.
De la misma familia y pariente cercano del anterior pajarillo, la collalba gris y  rubia, nada parecidas y fácilmente diferenciables, llegan con el comienzo del mes de marzo y por tanto con los primeros brotes de las flores primaverales. Otro par de insectívoros que se aprovecha de este gran recurso que por esas fechas abunda en las Bardenas Reales.

Macho de collalba gris (Oenanthe oenanthe) muy común en las Bardenas.
La famosa cola en forma de T invertida que forman los dibujos blancos y negros es característica de todas las collalbas.
Sin embargo ese tono gris del dorso de la collalba gris es característico de esta especie.
Hembra de collalba gris (Oenanthe oenanthe) más apagada, sobre todo tras la época de reproducción.
A pesar de sus diferencias, la cola sigue dibujando esa célebre T invertida.
Hembra de collalba rubia (Oenanthe hispánica) muy fácil de ver en terrenos semiáridos como este.
Completamente diferente del macho pero no por ello menos bonita.
Hembra de collalba rubia (Oenanthe hispanica) se me queda mirando desde un matorral.
Desde ahí cuida que ningún intruso se acerque a su nido, que normalmente está entre unos matorrales.
Macho de collalba rubia (Oenanthe hispanica) con la garganta negra y las alas también.
Sus llamativos contrastes pueden tener varias funciones, o de distracción para intrusos, ya que es más llamativo que la hembra, o de éxito reproductor y solo los mejores son elegido por ellas.
Macho de collalba rubia (Oenanthe hispanica) este es un ejemplar de garganta negra.
Se hace referencia a esta característica porque existen dos variedades, esta y la siguiente.
Macho de collalba rubia (Oenanthe hispanica) ejemplar con garganta clara.
Como decía esta es la otra variedad de collalba rubia en la que el macho tiene un antifaz en vez de toda la cara, hasta la garganta, negras.
Estas junto con la siguiente lista de aves, forman una avifauna diversa en un espacio aparentemente inhóspito:

  • Garza imperial (Ardea purpurea)
  • Águila calzada (Aquila pennata)
  • Codorniz común (Cotournix cotournix) (*)
  • Cigüeñuela común (Himantopus himantopus)
  • Chorlitejo chico (Charadrius dubius)
  • Cuco común (Cuculus canorus) (*)
  • Vencejo real (Apus melba)
  • Abubilla (Upupa epops)
  • Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) (*)
  • Carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus) (*)

Después de este repaso de aves estivales de Bardenas Reales, dejamos para otro día  las de paso. Pero podemos ir comprobando la gran cantidad de aves, entre residentes (ver La diversidad de las Bardenas Reales I) y las que acuden en verano, que puede haber en lugares tan desérticos como este. No dejan de sorprendernos estas aves pero tampoco debemos confiarnos, hay que seguir dudando sobre qué especie se esconderá detrás del matorral aquel, o cuál estará cantando ahora mismo. Es así como vamos a dar con una cantidad mucho mayor.

martes, 10 de noviembre de 2015

La diversidad de las Bardenas Reales I

Las Bardenas Reales es un parque natural navarro, situadas en el sur de esta comunidad autónoma, limitando por el este con Aragón. Se trata de un ecosistema semiárido donde los cultivos de secano y las formaciones geológicas, resultado del desgaste de los materiales con el agua, dan lugar a un paraje sin igual que recuerda a los desiertos tejanos y del este de Estados Unidos.
Todo ello ha provocado que sea el lugar favorito para gran cantidad de rodajes de películas, anuncios y últimamente de la serie de Juego de Tronos.

Cortados en un atardecer de Bardenas Reales.
Los cambios de tiempo son muy radicales en Bardenas Reales.
Pero su singularidad no es solo paisajista. A pesar de ser un ambiente semiárido y de tener una apariencia inhóspita, tras sus arenosos caminos y escarpados cabezos se esconde una fauna que no podríamos imaginar. He elegido este lugar porque hemos estado yendo, mis compañeros Diego, Alfonso y Sergio a lo largo de este año en diferentes momentos y hemos podido observar la gran variedad de avifauna que hay en este lugar. Es cierto que esta varía a lo largo del año, muchas especies se ven en cualquier época, otras solo durante el verano otras pocas simplemente pasan por allí.

Existe un grupo de aves que se pueden ver durante todo el año en el parque natural. Estas son las residentes y en algunos casos también se reproducen en este ecosistema:

Ánade azulón (Anas platyrhynchos) en una laguna artificial de las Bardenas Reales.
Esta especie frecuenta las pequeñas balsas que se forman tras la lluvia, gracias a la impermeabilidad del suelo.
Pareja de perdiz roja (Alectoris rufa) en los campos de cultivo en Bardenas Reales.
Es fácil ver a esta en parejas durante la época reproductora. (macho y hembra).
En invierno se junta en bandos de varios individuos y frecuenta barbechos.
Garza real (Ardea cinerea) pasa volando por las Bardenas Reales.
Esta es otra de las especies que se aprovecha de las balsas temporales de Bardenas.
Allí se alimenta de la gran variedad de anfibios e insectos acuáticos que hacen uso de las balsas.
Buitre leonado (Gyps fulvus) especie estrella de las Bardenas Reales.
Aprovecha los cortados de todo el parque para nidificar y pasar el día.
Desafortunadamente sus poblaciones en el parque no pasan por su mejor momento.
Diversas amenazas como venenos, molestias, etc. hacen peligrar a la población.
Cinco buitres leonados (Gyps fulvus) descansan durante el día en uno de sus posaderos favoritos.
Los cortados y cabezos que se forman en las Bardenas son idóneos para esta especie.
Para ver cómo crecen los buitres leonados desde que nacen hacer clic aquí.
Buitre leonado (Gyps fulvus) majestuosos colores pardos decoran esta rapaz necrófaga.
Su fuerte pico le permite alimentarse de animales muertos y desgarrar la carne.
Buitre leonado (Gyps fulvus) planeando sobre nuestras cabezas.
Sus aproximadamente 2 metros y medio de envergadura la convierten un ave magnífica.
Buitre leonado (Gyps fulvus) con marca alar en Bardenas Reales.
Número de marca: TX1 (Blanco)
Es un ejemplar marcado que frecuenta los cortados y que es famoso por el lugar.
Águila real (Aquila chrysaetos) otra de las rapaces residentes de Bardenas Reales.
Las molestias causadas por cambios en el suelo y los turistas han reducido sus territorios de cría.
Aunque de lejos, pudimos deleitarnos con este magnífico ejemplar durante un buen rato.
Milano real (Milvus milvus) una figura inconfundible en las Bardenas Reales.
Sus marcas claras en el interior del ala y su cola ahorquillada son únicas y facilitan su identificación.
Desde arriba busca pequeños roedores que se muevan entre los cultivos o carroña
Aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus) sobrevolando la zona de las Bardenas.
Es muy fácil poder observar a esta rapaz por encima de los carrizos de las balsas temporales de este lugar.
Allí encuentra las aves acuáticas de las que se alimenta, aunque también depreda sobre mamíferos.
Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) encuentra un ecosistema idóneo en Bardenas Reales.
Los terrenos abiertos y los cultivos ofrecen una fuente de recursos alimenticios.
Esta especie también saca partido de los roquedos, ubicando los nidos en sus agujeros.
Hembra de cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) observando desde su atalaya.
Ambos sexos tienen el dorso moteado.
Sin embargo, la "ceja" clara de la cara de este ejemplar es propio de las hembras.
Gallineta común (Gallinula chloropus) junto a su pollo en una laguna artificial de las Bardenas Reales.
Esta rálida encuentra una gran oportunidad en este tipo de ecosistemas.
Las algas y otras plantas acuáticas le sirven de alimento.
Joven de gallineta común (Gallinula chloropus) en los alrededores de esa misma laguna.
Tras varios meses después los pollos que nadaban junto a su madre pasean ahora solos.
Además de ser pardo, no tiene el escudete rojo típico de los adultos.
Macho de ganga ibérica (Pterocles alchata) en los barbechos de Bardenas Reales.
Esta especie es muy típica de ambientes muy áridos como este donde cría.
Sus hábitos crepusculares y sus colores crípticos las hacen casi invisibles entre los barbechos.
Macho de ganga ibérica (Pterocles alchata) en primer plano al atardecer de Bardenas.
Los machos se diferencian de las hembras por esas manchas claras de la espalda.
Como en otras aves esteparias, ellas son mucho más crípticas.
Cogujada común (Galerida cristata) es una de las especies que pone banda sonora a las Bardenas Reales.
Es muy común verla sobre una ramita de sabina o entre la sosa cantando a pleno pulmón.
Cogujada común (Galerida cristata) es  tremendamente frecuente en Bardenas Reales.
Su característica cresta alargada le da ese toque gracioso e inconfundible.
Figura de una cogujada común (Galerida cristata) cantando sobre la rama de un romero.
Su pico largo y curvo lo diferencia de la idéntica cogujada montesina.
Cogujada montesina (Galerida theklae) tras un vallado agrícola de las Bardenas Reales.
Como decía su pico más menudo la diferencia de su idéntica pariente la cogujada común.
Lavandera blanca (Motacilla alba) sobre el centro de visitantes de Bardenas Reales.
Frecuenta las balsas y lagunas artificiales en busca de insectos, muy asociados a estos ambientes.
Petirrojo europeo (Erithacus rubecula) rondando el pequeño jardín botánico del centro de visitantes.
Tan cauteloso pero confiado como siempre.
Hembra de colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) entre los escarpados relieves de Bardenas Reales.
Ambos tienen la cola anaranjada pero a diferencia del macho, la hembra es parda.
Para saber más sobre esta especie hacer clic aquí.
Macho de colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) destacando sobre los materiales claros de Bardenas.
También tiene la cola anaranjada, pero él es negro pizarra con dos manchas blancas en las alas.
Su intenso y ruidoso chasqueo resuena como eco entre estos lugares.
Para saber más sobre esta especie hacer clic aquí.
Tarabilla común (Saxicola rubicola) con una cumbre de Bardenas como fondo.
A esta especie le encanta colocarse en la parte más alta de los arbustos y matorrales de este ecosistema.
Juvenil de tarabilla común (Saxicola rubicola) persiguiendo a sus progenitores, en un olivo ornamental.
Es muy fácil cruzarse con los individuos jóvenes de esta especie, que siguen pidiendo alimento
uvenil de tarabilla común (Saxicola rubicola) en lo alto de un matorral en Bardenas Reales.
Sigue a sus progenitores durante un tiempo después de haber salido del nido.
Es una especie que se reproduce y cría en el ecosistema bardenero.
Macho de curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) en los matorrales de Bardenas Reales.
Su marcada cabeza negra, decorada con su ojo rojo, en contraste con su barbilla negra son inconfundibles.
Las hembras son más apagadas y no dejan ver ese negro-blanco tan marcado.
Curruca rabilarga (Sylvia undata) cantando desde lo alto de una sabina en Bardenas Reales.
Es bastante común en este ecosistema, pues se alimenta entre matorrales, un ambiente abundante aquí.
Pareja de curruca rabilarga (Sylvia undata) jugueteando en un vallado agrícola en las Bardenas Reales.
Se alimenta de insectos, un recurso que abunda en el ambiente árido del parque natural.
Cistícola buitrón (Cisticola juncidis) entre la sosa de las Bardenas Reales.
Es una especie típica de carrizales, aunque también se la puede ver fuera de ellos, entre el matorral.
En Bardenas parece haber desarrollado una predilección por los campos de sosa.
Cistícola buitrón (Cisticola juncidis) con sus apenas 11 cm de longitud.
Se trata de una especie muy pequeña que destaca por sus colores y sus "líneas" del dorso.
Mosquitero común (Phylloscopus collybita) sobre una valla de alambre en las Bardenas Reales.
Este pequeño pajarillo de unos 12 cm se identifica por la "ceja" clara que destaca por encima del ojo.
Mosquitero común (Phylloscopus collybita) entre el romero en busca de insectos.
Como decíamos al principio, los insectos voladores como mosquitos y moscas abundan en las Bardenas.
Un recurso del que este insectívoro sabe sacar provecho.
Alcaudón real (Lanius meridionalis) en los matorrales de las Bardenas Reales.
Esta especie fue descrita como tal en base a evidencias genéticas ya que es muy similar al alcaudón norteño.
Por lo tanto solo se puede diferenciar por su rango de distribución.
Cría en este tipo de llanuras semiáridas con matorrales y arbustos.
Alcaudón real (Lanius meridionalis) oteando las rocas de Bardenas Reales.
Se alimenta de pequeños reptiles y mamíferos que él mismo captura y después trincha en espinas.
Grupo de tres chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) sobre los cortado de Bardenas Reales donde nidifican.
Es frecuente verla en bandos de varios ejemplares, pues se trata de una especie muy gregaria.
Chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax) descansando sobre una de las formaciones.
Sus gritos adornan de forma constante el silencio desértico de los cortados.
Una chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax) pasa volando por encima de nosotros.
Su plumaje negro en contraste con su pico rojo hacen honor al nombre de este córvido.
El cuervo común (Corvus corax) córvido por excelencia de los cortados de Bardenas Reales.
Se trata de otra de las especies que está perdiendo territorios de cría.
Actualmente se tienen muy pocas parejas nidificando, cuando antaño abundaba.
Al tratarse de una especie carroñera se enfrenta a amenazas similares a las de otras aves necrófagas.
Bando de estorninos negros (Sturnus unicolor) sobre un cable de las Bardenas Reales.
Esta especie es tremendamente gregaria, llegando a formar bandos de cientos de individuos.
En Bardenas se alimenta sobretodo en las pocas y pequeñas granjas ganaderas (ovejas) que quedan.
Hembra de gorrión común (Passer domesticus) entre el romero de un campo en Bardenas Reales.
Sin la característica mancha de la garganta del macho, la hembra es mucho más apagada.
Crían también en pequeños agujeros de las piedras o los de otras especies.
Macho de gorrión común (Passer domesticus) sobre el romero, abundante en el parque natural.
La poderosa mancha a modo de babero y el píleo (parte superior de la cabeza) gris lo distinguen de la hembra.
Se hace raro ver a este pequeño paseriforme desarrollarse con naturalidad lejos de núcleos urbanos.
Para saber más sobre esta especie hacer clic aquí.
Macho de gorrión común (Passer domesticus) sobre los matorrales de este ambiente semiárido.
Esta vez lo he pillado cantando y reclamando probablemente algún territorio de cría.
Macho derecha y hembra izquierda de pardillo común (Carduelis cannabina) entre el romero.
Es fácil diferenciar los sexos, sobretodo en época de cría, cuando el macho tiene la pechera rojo intenso.
Se trata de una especie gregaria que en invierno se junta en bandos para llegar a sus dormideros.
Hembra de pardillo común (Carduelis cannabina) en Bardenas Reales.
Rebuscando entre el romero para hacerse con insectos, semillas o los brotes.
Serín verdecillo (Serinus serinus) cantando desde la ramita de un arbusto seco en Bardenas reales.
Su sonido no es muy común por este ecosistema, pero cuando se deja ver es todo un espectáculo.
Serín verdecillo (Serinus serinus) entre el esparto seco de las Bardenas Reales.
El amarillo intenso de su pechera lo hace identificable desde lejos.
En esta imagen le podemos ver con un insecto en el pico, tras haberlo capturado.
Escribano triguero (Emberiza calndra) sobre el matorral y los arbustos del parque.
Otra de las especies que ponen banda sonora a las Bardenas Reales.
Su inconfundible sonido adorna los campos de cultivos, los matorrales, los barbechos, etc.
Escribano triguero (Emberiza calndra) descansa de su continuo cantar sobre una ramita seca.
Muchos describen su sonido como una canica cayendo y lo cierto es que se asimila mucho.
Si no es por su sonido, su mancha del pecho delata su identidad.
Estas junto con la siguiente lista de aves, forman una avifauna diversa en un espacio aparentemente inhóspito:
  • Avetoro común (Botaurus stellaris) (*)
  • Garcilla bueyera (Bulbucus ibis)
  • Busardo ratonero (Buteo buteo)
  • Focha común (Fulica atra)
  • Alcaraván común (Burhiunus oedicnemus)
  • Ganga ortega (Pterocles orientalis)
  • Paloma zurita (Columba oenas)
  • Lechuza común (Tyto alba)
  • Urraca (Pica pica)
  • Pinzón vulgar (Fringilla coelebs)
  • Jilguero europeo (Carduelis carduelis)
  • Verderón común (Chloris chloris) (*)
Después de esta extensa y larga ristra de aves, dejamos para otro día el resto, las estivales y las de paso de Bardenas Reales. Pero podemos ir comprobando la gran cantidad de aves que puede haber en lugares tan desérticos como este. No dejan de sorprendernos estas aves pero tampoco debemos confiarnos, hay que seguir dudando sobre qué especie se esconderá detrás del matorral aquel, o cuál estará cantando ahora mismo. Es así como vamos a dar con una cantidad mucho mayor.