martes, 1 de septiembre de 2015

Esteparias y otras aves de Lanzarote

¡¡Ya estamos de vuelta!!

Volvemos a retomar el viaje juntos y me gustaría que lo hiciésemos con una entrada especial. Nada mejor que mi visita a la isla de Lanzarote. Allí los paisajes son de película de ficción y de otro planeta. Sin duda son preciosas extensiones cubiertas de material volcánico con el azul oceánico de fondo. 

En las Islas Canarias las especies han sufrido un proceso de evolución diferente que las peninsulares debido al grado de aislamiento experimentado durante millones de años. Esto favorece la aparición de nuevas linajes y especies que convierten a Lanzarote, y en general a muchas otras islas, en reservas de endemismos.

Pero basta ya de clases de Darwin, vamos a verlo con nuestros propios ojos. Cualquiera que de un paseo por Lanzarote puede sacar una conclusión errónea de su biodiversidad ya que abundan las superficies arrasadas por los antiguos ríos de lava que hoy dan una impresión desértica. Sin embargo no hay que pasar más de un día visitando la isla y sus zonas rurales para percibir la presencia de algunas aves endémicas o escasas en la Península Ibérica. Estoy hablando ahora de dos pequeñas especies: el bisbita caminero y el camachuelo trompetero.

Bisbita caminero (Anthus berthelotti) descansando en la sombra en la isla de Lanzarote.
Bisbita caminero (Anthus berthelotti) en la isla de Lanzarote.
Camachuelo trompetero macho (derecha) y hembra (izquierda) (Bucanetes githagineus) en la isla de Lanzarote
La primera especie es imposible verla en la Península ya que habita en las Canarias, mientras que el camachuelo trompetero sí es posible verlo en el sureste peninsular, por la región de Murcia. A pesar de ello en Canarias, este fringílido es una subespecie endémica del archipiélago, la Ssp. amantum catalogada como "En Peligro de Extinción" por el Libro Rojo de las aves.

Además de estas dos singulares aves que encontré por los ecosistemas lanzaroteños otras muchas, ya conocidas también sacan partido a esta Reserva de la Biosfera.

Garcilla bueyera
Gorrión moruno
Paloma bravía
Pardillo común
Tótola turca
Alcaudón común
Abubilla
Cernícalo vulgar
Golondrina común

Garcilla bueyera (Bulbucus ibis) en la isla de Lanzarote.
Gorrión moruno (Passer hispaniolensis) en la isla de Lanzarote.
Paloma bravía (Columba livia) en la isla de Lanzarote.
Pardillo común (Carduelis cannabria) en la sila de Lanzarote.
Tórtola turca (Streptopelia decaocto) en la isla de Lanzarote.
Mi siguiente destino fue el Jable de Famara una extensa superficie arenosa donde habitan varias especies esteparias y uno de los lugares para visitar si te gustan las aves. Hasta allí fui acompañado de mis buenos amigos Ana, Alfonso, Pablo y Juan, sin los cuales me habría sido imposible visualizar las siguientes especies y mucho menos llegar al Jable.
Al principio empezamos adentrándonos con el coche en este ecosistema con poca esperanza de ver alguna especie, pero para nuestra sorpresa, tras unos matorrales y a escasos metros de distancia, un alcaraván común descansaba en el suelo ¡Todo un lujo inesperado!

Alcaraván común (Burhinus oedicnemus) Ssp. insularum en la isla de Lanzarote.
Estuvimos varios minutos mirándolo con admiración tras nuestros prismáticos, mientras comentábamos lo poco que llevábamos de búsqueda y lo pronto que nos habían recompensado con este ejemplar, el cual parecía recién salido de la siesta, y es que el alcaraván tiene hábitos crepusculares y nocturnos. Es una especie que también podemos encontrar en la España peninsular, concretamente en ambientes similares, estepas abiertas de matorral, zonas de barbecho y cultivos de cereal así como zonas semiáridas. Pero en Canarias los ejemplares pertenecen a la subespecie insularum

Cuando nos volvimos a poner en marcha, el alcaraván seguía ahí, observándonos con esos grandes y llamativos ojos amarillos, podíamos habernos quedado mirándolo toda la tarde, pero decidimos apostar fuerte y seguir nuestro camino para que nos diese tiempo a ver otras especies. Y así fue, a lo lejos y en pequeños grupos conseguimos ver al escaso corredor sahariano, toda una rareza de nuestra fauna, pues no se puede encontrar en otro territorio español que no sea Lanzarote o Fuerteventura. Y es que se encuentra catalogado como una especie "En Peligro de Extinción" por el Libro Rojo de las aves. Sin embargo ahí estaba un nutrido grupo haciendo referencia a su nombre y correteando por el Jable.

Corredor sahariano (Cursorius cursor) en la isla de Lanzarote.
Nuestra cara era de incredulidad, ¿cómo podía ser que hacía unos minutos hubiéramos visto al alcaraván y enseguida nos topásemos con el corredor sahariano? Se nos estaba dando de cine. Ninguno de nosotros esperaba tener este éxito. Ya solo nos faltaba ver una avutarda hubara, eso sería la guinda del pastel.
¡Y así fue! Cuando habíamos avanzado un poco más desde donde estaban los corredores, tras un gran matorral junto al camino una gran avutarda hubara, el habitante canario por excelencia y prima de la avutarda común de la Península. También catalogada como "En Peligro de Extinción" por el Libro Rojo de las aves por el mismo motivo que todas las anteriores: poseen un área de distribución muy reducida que se está viendo fragmentada y transformada por campos de golf, parques eólicos...

Avutarda hubara (Lanius meridionalis) en la isla de Lanzarote. 
Ya podíamos irnos a casa contentos, ¡acabábamos de ver a los tres habitantes del Jable de Famara que queríamos! Los tres grandes, por darles un apodo. No podíamos estar más contentos e impresionados por el tamaño de esta especie, que aunque menor que su pariente continental, también alcanza un tamaño admirable. Y es que fue un gustazo poder encontrarnos en la misma jornada con estas tres especies, no podíamos creérnoslo.

La última parada de nuestro viaje a Lanzarote acabó en la isla de La Graciosa, la única habitada del archipiélago Chinijo un conjunto de islas al norte de Lanzarote. Allí pudimos ver alguna especie más para incrementar la buena lista que ya llevábamos. Sus zonas costeras están llenas de vida, grandes bandos de gaviota patiamarilla rondaban los alrededores de las playas por las que pasábamos.

Gaviota patiamarilla (Larus michahellis) en una de las playas de la isla de La Graciosa.
También nos encontramos con el chorlitejo patinegro, primero un par de machos en una orilla rocosa frente a la costa y a continuación con una hembra y sus polluelos en una zona arenosa y una delgada lámina de agua.

Chorlitejo patinegro macho (Charadrius morinellus) en la isla de La Graciosa.
El collar típico de los chorlitejos, en esta especie, no es continuo.
Chorlitejo patinegro hembra (Charadrius morinellus) en la isla de La Graciosa.
Mucho más clara que el macho, no presenta la banda negra de la frente.
Pollo de chorlitejo patinegro (Charadrius morinellus) en la isla de La Graciosa.
Pequeño pero veloz, sus patas largas le permiten seguir a su madre allá donde vaya.

También tuvimos la suerte de cruzarnos con un alcaudón real, cuyos ejemplares de las islas Canarias pertenecen a las subespecie koenigi convirtiendo así a aquel ejemplar en un endemismo canario.

Alcaudón real (Lanius meridionalis) en la isla de La Graciosa.
En definitiva, como habréis visto y como me dí cuenta yo, cualquiera que de un paseo por Lanzarote y sus espacios protegidos, puede rectificar su incorrecta primera impresión de la biodiversidad. Hemos visto especies y subespecies únicas, dejando claro que tras el aspecto desértico de Lanzarote existe una enorme variedad de avifauna escondida pero dispuesta a ser encontrada para deleitar a sus visitantes tal y como nos ha deleitado a nosotros.



1 comentario:

  1. Muy buen articulo sobre lanzarote, pero en mi opinion una de las cosas imperdibles si vas a Lanzarote es la isla de la la graciosa . Un fuerte saludo.

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