martes, 30 de junio de 2015

Herrerillo común y capuchino

Si llevaras un rato caminando por un hayedo o cualquier otra formación boscosa de frondosas, pronto habrías empezado a escuchar al que los anglosajones llaman "Blue Tit" incluso puede haber salido de la densidad del bosque para posarse en una ramita alta de la linde del camino. Sin embargo si un bosque de pinos o cualquier otra conífera adornara nuestro camino, la posibilidad de ver a la anterior especie se complicaría, en su lugar podría aparecer otra a la que los ingleses llaman "Crested Tit".

Sus nombres en inglés dejan claro la diferencia más notoria existente entre las dos especies, el llamativo azul de una  (Blue) y la diagnóstica cresta de la otra (Crested). Ambas comparten parte de su nombre vulgar, en concreto la primera: herrerillo, probablemente debido al sonido metálico que hacen y que resuena entre los árboles. Estamos hablando del herrerillo común (Cyanistes caeruleus) y del herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus).

No solo su nombre en inglés da pistas que permiten su identificación, sino que el significado etimológico del género de sus nombres científicos hacen referencia a esas características tan diagnósticas
  • Cyanistes caeruleus se refiere a la abundancia del color azul ("Cyan") en el plumaje de esta especie
  • Mientras que Lophophanes cristatus describe la destacada cresta ("cristatus") que adorna la cabeza de este pequeño pajarillo.
Para que os podáis fijar en las características que os digo, he preparado, como otras veces, unas imágenes digitales que permiten diferenciar los caracteres de las dos especies con relativa claridad:

Herrerillo común (Cyanistes caeruleus) Elaboración propia.
El azul, en contraste con el amarillo destaca, de ahí que se haga referencia en su nombre científico.

Herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus) Elaboración propia.
La gran cresta es diagnóstica para reconocer a este herrerillo y diferenciarlo correctamente.
El primero se distribuye de forma homogénea por la Península durante todo el año, pues se trata de una especie residente que aprovecha las formaciones boscosas de frondosas para buscar alimento o lugares donde anidar. Por otro lado el herrerillo capuchino no goza de una distribución tan homogénea en parte a su dependencia de las coníferas que se extienden por el norte peninsular, la costa mediterránea y zonas del interior, normalmente asociadas a zonas de montaña, donde pinos, abetos y sabinas crecen sin obstáculos.

A parte de la distribución espacial y temporal, en apariencia ambas son muy diferentes, aunque hay que saber diferenciarlas, por ese motivo quiero dedicar esta entrada a las dos especies, aquí vamos a aprender a distinguirlos. Para hacerlo más fácil nos vamos a fijar en las imágenes digitales que he preparado más arriba, pues remarcan las diferencias de ambos claramente.

Entre machos y hembras no hay diferencias muy marcadas en ninguna de las dos especies. Es verdad que en el herrerillo común si que existe dimorfismo sexual, pero no es destacado. En el herrerillo común dominan los colores llamativos: azul en el píleo, dorso y alas y amarillo en el pecho y la parte caudal. Mientras que los colores del herrerillo capuchino son mucho más apagados, en tonos marrones y grises.

El uso de insecticidas y fitosanitarios en la agricultura junto con la destrucción de árboles y bosques viejos que son el hábitat de esta especie, amenazan las poblaciones de herrerillos, tanto común como capuchino. Sin embargo ambas especies están encontrando, cada vez con más frecuencia, un hueco en las grandes ciudades, sobre todo en parques y jardines.
Realmente no hay mejor insecticida que una buena población de aves insectívoras como estas.

Finalmente y para saber si se os ha quedado, os propongo un pequeño juego. En esta ocasión las especies se diferencian tan claramente que he decidido seleccionar dos fotografías donde no se las ve completamente para complicarlo un poco:
  • ¿Cuál de las siguientes fotografías corresponde a cada una de las especies?¿Sabes ya diferenciarlas?
Foto nº 1 ¿Herrerillo común o capuchino?
Foto nº 2 ¿Herrerillo común o capuchino?
¡¡¡Escribe un comentario con tu respuesta a ver si has aprendido a diferenciarlas bien!!!


martes, 23 de junio de 2015

Desarrollo de los pollos de buitre leonado

Este año he tenido la oportunidad de trabajar bastante cerca de una colonia de buitres leonados (Gyps fulvus) muy dinámica. No solo he tenido esta fortuna, sino que además he pasado mucho tiempo junto a las paredes verticales que sostienen sus enormes nidos, pudiendo ver comportamientos, escenas y el propio crecimiento de los pollos cuyo nacimiento he podido seguir desde lejos.

Buitre leonado (Gyps fulvus) posado en una ladera.
Se trata de una rapaz carroñera que vive en colonias de varios ejemplares.

Los primeros días en la pared.

Cuando el revuelo de la primavera condensa en el ambiente y llega a la colonia de buitres leonados, comienza a verse, sutilmente, como se separan por parejas. El momento no llega a la vez para todos, unos van por delante y van tomando posiciones para defender el nido frente a otras parejas con la misma ambición reproductora. Entre tanto revuelo se ven algunas parejas realizando, de forma aislada, las cópulas, mientras que otros prefieren tomárselo con más calma y siguen tumbados al sol.
La rapidez que se dan algunos y la poca ambición de otros marcará mucho la diferencia y se verá el resultado en el tamaño de los pollos.

Buitre leonado (Gyps fulvus) durante los revuelos por conseguir un buen nido.
La competencia dentro de la colonia es muy intensa a pesar de que luego colaboran en la búsqueda de comida.
Cuando ya parece que todos están donde deben, ciertos componentes de la pareja van retocando el nido que años atrás contribuyó a perpetuar la especie, objetivo que ahora tienen los futuros progenitores. Para realizar ese "retoque" y aportar frescura al nido, descienden a zonas más bajas donde crece un poco de hierba fresca y la arrancan para posteriormente situarla en el nido.

Buitre leonado (Gyps fulvus) recogiendo hierba fresca para el nido.
Este material le dará al nido un toque fresco necesario en la zona semiárida en la que está la pared.
El largo período de incubación.

Cuando las últimas parejas empiezan a situarse, puede haber otras que no solo han empezado a incubar, sino que incluso sus huevos han eclosionado. Esto nos da una idea de la diferencia temporal entre varias parejas reproductoras. Además, el periodo de incubación es bastante largo con una duración de casi dos meses (poco menos de 60 días) y la puesta suele constar de un solo huevo que gozará de la atención de ambos progenitores que, mediante turnos, dedican muchas horas al día al proceso de incubación.

Con los datos que tomé en el campo, se ha observado que únicamente se hace un cambio a lo largo del día coincidiendo más o menos con la mitad de las horas de luz. Todos los cambios de turno entre progenitores durante la incubación se realizaron después de las 12:00 y antes de las 17:00. Mientras uno busca alimento otro se queda en el nido incubando, hasta que llega este período temporal, y el que estaba incubando sale a coger una térmica en busca de alimento mientras el otro progenitor se queda incubando. El cambio de adulto incubador es un proceso delicado en el que ambos tienen mucho cuidado.

Pareja de buitre leonado (Gyps fulvus) tras un cambio de turno.
Durante el proceso el huevo está vulnerable, por ello ambos progenitores tienen mucho cuidado.
El pollo ya ha nacido y tiene 1 día.

La eclosión es complicada de ver cuando tienes un gran nido y un adulto en medio de la escena, pero sin embargo, la inquietud del progenitor en el momento te da una idea de que algo está pasando en el nido y tras un rato largo aparece a los pies de mamá o papá una pequeñita mancha blanca en forma de algodón. A partir de este momento la pareja de buitres debe esforzarse más en la búsqueda de alimento, hay una boca más a la que dar de comer en "casa". Es sorprendente lo delicados que son los buitres, cuando su cría es tan pequeña, en contraste con las malas bestias que pueden llegar a ser cuando hay un cadáver del que alimentarse. La delicadeza es necesaria, porque el pollo, con esta edad, es más o menos seis veces más pequeño que el adulto.

Pollo de buitre leonado (Gyps fulvus) abajo, con tiempo de 1 día.
Los adultos no solo son delicados con el pollo, sino que también muestran comportamientos de afecto y cariño.
El pollo ya tiene 15 días.

Si los progenitores van haciendo los deberes y traen suficiente alimento para el pollo, este irá aumentando de tamaño de forma considerable. Con el tiempo de 15 días todavía es blanco y el plumón le cubre todo el cuerpo. Este tipo de pluma sirve para mantener la temperatura corporal. Pero en este ambiente semiárido el problema es el calor y la radiación directa del sol. Pero papá y mamá son listos y le dan sombra con toda la envergadura de sus alas al indefenso pollo. Desde que nace uno de los progenitores se queda vigilante del pollo para evitar que otros buitres, otros carroñeros o incluso algunos córvidos puedan hacerle daño. Por ahora el pollo va a ser bastante dependiente de sus padres, uno le busca alimento y el otro hace las de cuidador.

Buitre leonado (Gyps fulvus) dando sombra a su pollo.
En este tipo de lugares el sol es muy perjudicial para el pollo y puede provocar la deshidratación.
Pollo de buitre leonado (Gyps fulvus) abajo, con tiempo de 15 días.
El tamaño ya ha aumentado bastante y se empiezan a ver pequeñas manchas marrones de plumaje.
Aunque el plumón cubre la mayor parte.
El pollo con 1 mes

A pesar de que haya pasado ya un mes el pollo sigue siendo dependiente de un adulto vigilante y además cada vez demanda más y más alimento por lo tanto sus progenitores tienen que dedicar más tiempo en su búsqueda de alimento para poder satisfacer a su pollo y a su propio estómago. El tamaño del pollo va siendo mayor (ahora es más o menos la mitad de su cuidador) pero sigue estando cubierto se plumón.

Pollo de buitre leonado (Gyps fulvus) debajo del adulto.
Su dependencia es supervivencia, las especies oportunistas saben aprovechar despistes de los adultos.
El pollo con 1 mes y medio.

Con este tiempo el pollo sigue dependiendo de la vigilancia de uno de sus progenitores pero sin embargo está creciendo tanto que algunas de sus plumas están apareciendo en contraste con su plumón todavía presente.

Pollo de buitre leonado (Gyps fulvus) con un tiempo de 1 mes y medio.
Ya se comienzan a ver algunas plumas de color oscuro en el plumajes del pollo.
El pollo con 2 meses.

Hace ya dos meses que su huevo eclosionó y durante ese tiempo ambos progenitores han estado alimentándolo cada vez más ya que su voraz apetito va en aumento. Ahora se le oye desde lejos pedir continuamente comida, el problema es que ya se necesita a los dos adultos para darle de comer y tienen que abandonar su vigilancia para ponerse a buscar comida suficiente para su pollo. Esta es la primera vez que el pollo se queda solo en el nido.  Ya es bastante grande, al menos para poder defenderse en el nido de pequeños depredadores como cuervos y urracas. Su plumaje está tornándose pardo y ya que se le está cayendo el plumón para dejar hueco a las plumas que posteriormente le darán, por su color,el nombre que lo caracteriza: leonado.

Pollo de buitre leonado (Gyps fulvus) con el tiempo de 2 meses.
Esta es la primera vez que el pollo de buitre leonado se queda solo en el nido.
Pollo de buitre leonado (Gyps fulvus) derecha, con un tiempo de 2 meses.
Un adulto a la izquierda tras haberle traído alimento.
El pollo con 2 meses y medio.

El plumaje del pollo está empezando a estar muy formado, ya a penas le queda plumón únicamente en las axilas y otras partes del interior de las alas. Su tamaño y forma es bastante similar a la de un adulto. Sus plumas del vuelo están poco desarrolladas todavía, pero sin embargo se da paseos por fuera del nido. A pesar de todo esto sigue dependiendo de sus progenitores, los cuales ahora tienen que poner todas sus fuerzas, ya que su apetito ahora es casi igual que el de un adulto.

Pollo de buitre leonado (Gyps fulvus) con un tiempo de 2 meses y medio.
Por su plumaje y su tamaño se asemeja bastante a un adulto.
Pollo de buitre leonado (Gyps fulvus) izquierda con un tiempo de 2 meses y medio.
A la derecha un adulto trae alimento. Se ve la diferencia de color de plumas.
Esto se debe al desgaste que tienen las del adulto.
El pollo con 3 meses.

Ya han pasado 3 meses desde que su huevo eclosionó y su forma es prácticamente igual que la de un adulto con la diferencia del desarrollo de las plumas de vuelo (todavía muy cortas) que dentro de un tiempo podrá utilizar.

Pollo de buitre leonado (Gyps fulvus) arriba derecha, con un tiempo de 3 meses.
Abajo un pollo de menos de un mes, la diferencia en la colonia es muy notoria.
El vuelo

Ha sido un viaje bastante idílico en el que les he podido ver crecer desde que salieron del huevo hasta que han adquirido un tamaño idóneo para volar. Sin embargo me tuve que ir antes de que nuestros protagonistas aprendieran a volar, lo que me dejó con la espinita clavada, porque me hubiera gustado verles volar después de haberles visto nacer. Pero no me puedo quejar de haber tenido esta oportunidad. Espero que os haya gustado verles crecer tanto como a mi.

martes, 16 de junio de 2015

Búsqueda por las Marismas de Santoña

¿Sabes bien lo que es una marisma?
Yo antes no sabía que son sistemas litorales típicos de zonas parecidas al norte de España, es decir, caracterizadas por un clima templado frío. Además me he fijado en que se encuentran cubiertas de vegetación (adaptada al exceso de salinidad) y normalmente inundadas por las mareas, que cuando bajan dejan al descubierto el sustrato arenoso. Como ya sabrás a estas alturas la vegetación de este tipo supone un buen lugar para que muchas especies encuentren refugio o lugares de nidificación.

Se puede encontrar una buena representación de este ecosistema litoral en un pequeño pueblo de la comarca cántabra de Trasmiera, en Santoña. Y dirás, ¿de qué me suena? ¡¡De allí son las famosas Anchoas!!

En uno de mis cortos pero emocionantes viajes a ver aves por lugares singulares de nuestra geografía, decidí tomar este como mi destino. Hay muchas horas desde Madrid hasta Santander, pero aún así mereció la pena. Mi principal objetivo era conseguir ver la espátula común (Platalea leucorodia) una de las especies que depende de este humedal durante su paso e invernada, por ello elegí enero como momento para visitar este paraje.

Visión de las Marismas de Santoña.
La marea baja dejando al descubierto el sustrato arenoso.
Al llegar por la tarde a Santoña decidí darme una vuelta cerca del polígono industrial donde se encuentran las marismas de Bengoa donde hay un pequeño observatorio de aves desde el que pude observar algunas anátidas, ardeidas, representantes de la familia podicipedidae y lo más interesante de todo, un colimbo grande (Gavia immer). La importancia de su avistamiento se debe a la poca frecuencia y abundancia de la especie en nuestra latitud.

Colimbo grande (Gavia immer) en las Marismas de Santoña.
Especie frecuente solo en el Cantábrico durante el invierno.
Al día siguiente ya pude dedicarle suficiente tiempo y me dí un paseo desde el puerto de Santoña, visitar la Arenilla un islote que ofrece bunos posaderos para muchas aves, y pasar a ver el observatorio que hay junto a la carretera S-401 que permite ver en marea alta y marea baja distintos tipo de especies. Durante mi breve estancia en el observatorio, pasaron durante la marea baja varias especies, entre ellas: garceta común (Egretta garzetta), archibebe oscuro (Tringa erythropus) y zarapito real (Numenius arquata). La primera aprovecha cuando baja la marea para atrapar pequeños peces y crustáceos que se quedan atrapados en las charcas que deja el retroceso de la superficie del agua. Las otras dos especies, limícolas, se alimentan de invertebrados que se entierran en la arena y que con la bajada del nivel del mar, quedan más vulnerables. Atrapar a estas presas tan escurridizas demanda una forma y un tamaño de los picos muy especializada que le permitan alcanzar a los animales enterrados varios centímetros de profundidad.

Garceta común (Egretta garzetta) en las Marismas de Santoña.
Con marea baja, esta ardeida espera paciente a abalanzarse sobre su presa.
Archibebe oscuro (Tringa totanus) en las Marismas de Santoña.
Si pico largo y fino le permite acceder a pequeños invertebrados enterrados.
Zarapito real (Numenius arquata) en las Marismas de Santoña.
De mayor tamaño y con el pico curvo que utiliza para acceder a sus presas enterradas.
Mis caminatas en busca de la emblemática espátula común parecía que estaban siendo en vano, ni rastro de esta zancuda de tamaño medio. A pesar de ello estaba recorriendo un paraje singular y observando especies diferentes a las que se pueden encontrar en el interior peninsular. Sin embargo tras adentrarme en las marismas de Escalante para seguir de cerca un bando de ánsares comunes (Anser anser) pude observar una fugaz espátula común volando por encima de la superficie del agua. ¡¡Por fin!! Ya era hora de que apareciera. Sin embargo fue tan rápido que la experiencia se fue tornando en poco satisfactoria.

Mientras seguía mi búsqueda, esta vez en dirección al convento de Montehano, pude ver un pequeño zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis) sumergirse una y otra vez para capturar pececillos o crustáceos que abundan en estas aguas.

Zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis) en las Marismas de Santoña.
Tras varias horas ya "danzando" por la marisma y tras haber visto como bajaba y bajaba la marea, retomo mi camino de vuelta con la esperanza de ver, decentemente una espátula común en Santoña. y la verdad es que mientras estaba fotografiando más garcetas grandes y zarapitos reales, aparece junto a la carretera lo que en un principio pareció una broma, la espátula común (Platalea leucorodia) y no cualquiera sino ni más ni menos que un inmaduro con su pico todavía rosa.

Inmaduro de espátula común (Platalea leucorodia) en las Marismas de Santoña.
Su pico todavía rosa significa que se trata de un individuo inmaduro.
Estaba paseando por las corrientes que estaba creando la retirada del mar en busca de llevarse algo a la boca. Abría el pico, lo introducía en el agua unos centímetros y lo movía de izquierda a derecha mientras avanzaba, de esta manera al mínimo contacto, ¡¡zas!! Para dentro.

Inmaduro de espátula común (Platalea leucorodia) alimentándose en las Marismas de Santoña.
Finalmente y mucho más contento regresé al lugar en el que me alojaba mientras pensaba en la espátula y observaba cantidad de especies que no había visto por la mañana:

Garcilla común
Cerceta común
Ánade azulón
Focha común
Pato cuchara
Zampullín común
Martín pescador
Cormorán grande
Archibebe común
Andarríos chico
Chorlitejo grande
Barnacla carinegra
Gaviota reidora
Ostrero euroasiático

Aquí dejo algunas fotos de mi vuelta, con las especies antes nombradas:

Grupo de archibebes comunes (Tringa totanus) en las marismas de Santoña.
En invierno es típico encontrárselos en pequeños grupos como este.
Cormorán grande (Phalacrocorax carbo) en vuelo en las Marismas de Santoña.
Fácilmente reconocible por el contraste entre el negro de su plumaje y el amarillo de su pico.
Ostrero euroasiático (Haematopus ostralegus) en las Marismas de Santoña.
Escaso y localizado en el Cantábrico y bastante amenazado.
La verdad es que me quedo con un buen sabor de boca de este viaje a pesar de la lluvia que me calló durante varias horas y que me obligó a cobijarme durante un buen rato. Os invito a todas aquellas personas que podáis acercaros hasta este Parque Natural, ZEPA, LIC y humedal RAMSAR para disfrutar, sobre todo entre los mese de otoño y primavera, de las aves que pasan en la marisma el invierno.

martes, 2 de junio de 2015

¿Quién es quién? II

Cumplimos un nuevo mes aprendiendo y enseñando especies y conocimientos sobre las aves, pero ¿cuánto sabes?¿Diferencias ya grupos de aves?¿Y especies?

Una nueva entrega de "¿Quién es quién?" llega con junio y como anteriores ocasiones he preparado tres fotos de tres aves diferentes. Estas aves, en concreto, son tan tímidas que se han ido a esconder tras una "cortina" formada por cuadrados negros que nos dificultan la identificación de la especie. El reto está en que intentes averiguar de qué tres especies se trata, atendiendo únicamente a las partes que la "cortina" deja ver.

Esta vez no es tan difícil, por tanto no voy a dar pistas, confío en vuestros conociemientos.
De acuerdo os doy alguna, mira la leyenda para saber la pista de cada incógnita:

Incógnita nº 1. Pista: Se trata de una especie parcialmente migradora.
Solución: Haz clic aquí
Incógnita nº 2. Pista: Habita campos de cereal y zonas abiertas.
Solución: Haz clic aquí
Incógnita nº 3. Pista: Cazador de terrenos abiertos.
Solución: Haz clic aquí
¿Fácil? ¿O difícil?

Sea como sea estoy seguro de que con lo que hemos aprendido y tus conocimientos propios vas a conseguir averiguar todas y cada una de las especies que se esconden de nuestras miradas.

Esta actividad en muy útil para practicar nuestras salidas de campo, porque muchas veces las aves quedan parcialmente tapadas por la vegetación y otros elementos o simplemente pasan tan rápido que solo da tiempo a fijarse en una característica determinada desde la cual tendremos que identificar a la especie.

Suerte y ánimo. El martes 9 de junio publicare EN ESTA MISMA ENTRADA las soluciones, para los interesados. Tienes toda una semana para averiguarlo, pero seguro que no necesitas tanto tiempo. No seas tímido y cuelga tus soluciones en un comentario indicando por qué crees que se trata de esa especie, quizás no es tan fácil para otros y les guía tu aportación.